Las algas son
organismos fotosintetizadores de organización sencilla que viven en el
agua o en ambientes muy húmedos. Pertenecen al reino protista y
técnicamente, son los organismos autótrofos que realizan la fotosíntesis
oxigénica, si excluimos a las plantas (Embriophyta).
La utilización de las algas como
fertilizante se remonta al siglo XIX, cuando los habitantes de las
costas, recogían las grandes algas pardas arrastradas por la marea y las
aportaban en sus terrenos.
A comienzos del siglo XX, se desarrolló
una pequeña industria basada en el secado y la molienda de algas, pero
se debilitó con la llegada de los fertilizantes químicos sintéticos.
Según estudios de una importante
universidad chilena, la vinculación entre las algas y la agricultura es
de vital importancia. Los estudios indican que al aplicar al suelo algas
o sus derivados, sus enzimas provocan o activan en él reacciones de
hidrólisis enzimáticas catalíticas reversibles, que las enzimas de los
seres vivos que allí habitan, inclusive las raíces, no son capaces de
realizar de forma notoria.
Las algas y sus derivados mejoran el
suelo y vigorizan las plantas, incrementando los rendimientos y la
calidad de las cosechas, por lo que en la medida que esta práctica se
extienda irá sustituyendo el uso de los productos químicos de síntesis
por orgánicos, favoreciendo así una agricultura sostenible. Las algas
tienen mejores propiedades que los fertilizantes porque liberan más
lentamente el nitrógeno, y además son ricas en microelementos y no
generan semillas de adventicias.
Gracias a su elevado contenido en fibra,
macro y micronutrientes, aminoácidos, vitaminas y fitohormonas
vegetales, las algas actúan como acondicionador del suelo y contribuyen a
la retención de la humedad. Además, por su contenido en minerales, son
un fertilizante útil y una fuente de oligoelementos.
Algas tales como Ascophyllum nodosum, Fucus serratus y Laminaria,
se usan en el cultivo de la patata, alcachofa, cítricos, orquídeas y
pastos. Las coralinas, algas rojas calcificadas conocidas como “maërl”,
presentan un elevado contenido en carbonatos, y se usan además de como
acondicionadores de suelo, para corregir el pH en suelos ácidos.
Las algas además son capaces de activar
el sistema inmunitario de los cultivos, generando mayores producciones,
de mayor calidad y más resistentes a enfermedades y al estrés ambiental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario