sábado, 2 de enero de 2021

Cómo impermeabilizar paredes de barro con cactus

En este artículo vamos a compartir una receta para impermeabilizar paredes de barro utilizando cactus. Si te interesa en un método natural y que no sea tóxico para hacer tus paredes de barro a prueba de agua, te enseñamos cómo hacerlo de manera fácil y económica. Este revoque está compuesto de materiales naturales fáciles de encontrar. Aquí aprenderás cómo hacer un impermeabilizante casero a base de nopales para tus paredes exteriores.


¿Por qué usar nopal para impermeabilizar? 
El jugo de nopal contiene exopolisacáridos (sustancias poliméricas extracelulares) que funcionan como aglutinante y estabilizador. En la naturaleza, los exopolisacáridos que contiene este cactus son sumamente importantes para la estabilidad del suelo. Y en la bioconstrucción funcionan esencialmente como un adhesivo natural e impermeabilizante. 
La especie más común para impermeabilizar paredes de barro es la Opuntia ficus-indica, conocida más comúnmente como Nopal. 
La receta de este artículo se basa en hacer un revoque que permite impermeabilizar paredes de adobe, barro o cemento, es completamente natural e inofensivo para las personas y el medioambiente. 
Este revoque será la última capa que se aplicará en las paredes exteriores, tiene una gran durabilidad y no será necesario volver a aplicar durante varios años. Veamos cómo hacerlo y aplicarlo. 

Ingredientes y proporciones 
2 partes de paja picada 
3 partes de tierra arcillosa (cernida para que sea fina y sin piedras) 
1 parte de agua premezclada con jugo (baba) de nopal
1 parte de arena de río. 

A continuación veremos todos los pasos para fabricar el revoque impermeabilizante para paredes de barro. 

Obtener la baba de nopal cactus para impermeabilizar paredes de barro 






























Una vez cosechadas las paletas de nopal y haberle quitado todas las espinas, el primer paso es cortarlas en pequeños trozos y luego aplastarlas con un bulto o un martillo y colocarlas en un gran cubo de metal o plástico. 
A continuación se deben mezclar los nopales con agua y se deja reposar durante 2 días (hasta 6 días está bien). Te darás cuenta cuando está listo porque tendrá una consistencia bastante espesa. 
La cantidad para 10 litros de agua es entre 5 y 10 paletas (hojas) de nopal, esto dependerá del tamaño de las mismas. 

Colar la baba de nopal 


Finalmente se debe colar para extraer la baba de nopal, la mejor manera que hemos encontrado de hacer esto es con un colador grande. Se puede hacer casero perforando muchos agujeros en un viejo cubo de plástico y vertiendo el nopal aplastado en él. 
Ten paciencia ya que toma alrededor de media hora para que la baba de nopal se filtre por completo. El resultado es un jugo súper viscoso que tiene una consistencia similar a la clara de huevo.
 
Preparar la barbotina  


El siguiente paso es preparar la barbotina, esta es la mezcla de arcilla y agua, antes de comenzar asegúrate de filtrar o cernir la arcilla para eliminar las piedras pequeñas y las partículas grandes. 
La tierra a utilizar es la del subsuelo, no la de la capa superior del suelo, esta debe tener un contenido de arcilla entre el 15 y el 30%, el resto puede contener algo de arena y limo. 
La cantidad de arcilla va a depender de la calidad de la misma, no todas las mezclas son iguales, pero una proporción estándar seria 3 partes de arcilla por 1 parte de agua. 
Coloca la arcilla en un recipiente grande y agrega el agua, deja unas horas en reposo para que la arcilla pueda absorber bien el agua, luego se debe mezclar utilizando una batidora grande (generalmente se utiliza un taladro con una mecha larga con forma de “T” en la punta). 
Mezcla bien hasta obtener un líquido espeso como la consistencia de un yogurt, procura que la mezcla sea bien homogénea y sin grumos. 
Un truco para saber si la barbotina ha quedado bien es introducir la mano en ella y quitarla enseguida, entonces si la mano queda cubierta de barbotina como si tuviéramos un guante puesto quiere decir que ha quedado bien, si la barbotina se escurre por la mano debes agregar más arcilla y si ha quedado muy espesa agrega más agua. 

Cortar y preparar la paja 


Así que ya tienes la baba de nopal y la barbotina preparada. El siguiente paso es adquirir varios cubos de paja y cortarlos en pequeños trozos, puedes hacerlo a mano con gran cuchillo, con una astilladora o trituradora para dejarlos con un tamaño de 10 a 15 mm de largo. Tienen que quedar lo más pequeños posible. 
Deja reposar la paja durante 4 o 5 días en agua, solo agrega agua hasta cubrir por completo. Durante este tiempo la paja se vuelve suave y flexible y comienza a fermentar, liberando glucosa, lo que le da a la mezcla una buena trabajabilidad. Luego cuando llegue el momento de hacer el revoque final utiliza la paja y el agua de esta maceración. 

Preparar el revoque impermeabilizante 


Cuando tengas todos tus elementos listos, es el momento de mezclarlos para preparar el revoque. Esto puede hacerse a mano en un cubo de plástico utilizando la mezcladora del taladro o con una mezcladora industrial, como la que se usa en albañilería. 
Comienza colocando la barbotina y agrega dos partes de paja, mezcla asegurándote de que la paja se descomponga bien, luego agrega la baba de nopal y la arena, continúa mezclando hasta obtener un preparado que pueda aplicarse fácilmente en la pared, no debe ser ni muy líquido ni muy seco, la idea es que quede con la consistencia de un enduido. 

Aplicar la mezcla impermeabilizante en la pared 


Normalmente se rasca la pared o se humedece antes de aplicar el revoque impermeabilizante para dar una buena superficie de adhesión. 
Aplica sobre la pared dando una superficie razonablemente nivelada. Puedes usar una paleta de plástico flexible o una paleta fina de metal para trabajar la superficie y darle un buen acabado uniforme.
Comienza desde la parte inferior de la pared y ve subiendo de apoco. A medida que vas aplicando y alisando el revoque en la pared puedes rociar una fina niebla de agua con un pulverizador si es necesario. El resultado obtenido es un bonito y uniforme enlucido.  

Dato extra 
Puedes usar arcillas de diferentes colores dependiendo del tono que busques. Esta mezcla puede ser usada en cualquier pared, no tiene que ser necesariamente una pared de tierra.

lunes, 26 de octubre de 2020

El club de los perfectos


Hay gente que ya está cansada de que yo cuente cosas del barrio de Florida. Pero no es culpa mía: en Florida pasa cada cosa que una no puede menos que contarla.

Como la historia esa del Club de los Perfectos.

Porque resulta que los perfectos de Florida decidieron formar un club.

Algunos de ustedes preguntará quiénes eran los Perfectos. Bueno, los Perfectos de Florida eran como los Perfectos de cualquier otro barrio, así que cualquiera puede imaginárselos.

Por ejemplo, los Perfectos no son gordos pero tampoco son flacos.

No son demasiado altos, y mucho menos petisos.

Tienen todos los dientes parejos y jamás de los jamases se comen las uñas.

Nunca tienen pie plano ni se hacen pis encima.

No son miedosos. Ni confianzudos.

No se ríen a carcajadas ni lloran a moco tendido.

Los Perfectos siempre están bien peinados, siempre piden “por favor” y jamás hablan con la boca llena.

Hay que reconocer que los Perfectos de Florida no eran muchos que digamos. Es más, eran muy pocos. Tan pocos que había calles, como Agustín Alvarez, donde no podía encontrarse un Perfecto ni con lupa. Pero -pocos y todo- decidieron formar un club porque todo el mundo sabe que a los Perfectos sólo les gusta charlar con Perfectos, comer con Perfectos y casarse con Perfectos.

El Club de los Perfectos fue el tercer club de Florida. Los otros dos eran el Deportivo Santa Rita y el Social Juan B. Justo.

El Deportivo Santa Rita era sobre todo un club de fútbol. Los sábados por la tarde se llenaba de floridenses porque los sábados por la tarde se jugaban los partidos amistosos con el equipo de Cetrángolo.

El Social Juan B. Justo era el club de los bailes. Los sábados por la noche los floridenses que querían ponerse de novios se reunían a bailar con los Rockeros de Florida entre guirnaldas verdes, rojas y amarillas.

Pero el Club de los Perfectos era otra cosa.

Para empezar no era ni un galpón ni una cancha. Era una casa en la calle Warnes, con grandes ventanales y una verja alta de rejas negras. Y en el jardín que daba al frente, nada de malvones, dalias y margaritas, sólo palmeras esbeltas, rosales de rosas blancas y gomeros de hojas lustrosas.

Los sábados por la noche los Perfectos llegaban al club con sus ropas planchadas y sus corbatas brillantes. Como eran perfectamente puntuales llegaban todos juntos.

Se sentaban alrededor de la mesa con mantel almidonado y vajilla deslumbrante. Comían tranquilos y educados. Masticaban bien. Sonreían. Nunca parecían tener hambre. Ni apuro. Ni sueño. Ni rabia. Ni ganas. Ni celos. Ni frío.

Tan diferentes eran, que a los floridenses se les hizo costumbre eso de ir a visitar el Club de los Perfectos. Bueno, visitar es una manera de decir porque al Club de los Perfectos sólo entraban Perfectos, y los demás miraban de afuera.

Lo cierto es que, a eso de las siete de la tarde, en cuanto terminaba el partido, los del Deportivo Santa Rita se venían en patota a la calle Warnes y, a eso de las ocho, antes de ir para el baile del Social Juan B. Justo, las parejas de novios pasaban por la calle Warnes para echarles una ojeadita a los Perfectos.

Los floridenses se apretaban todos junto a la verja. Eran un montón, pero ninguno era perfecto. Estaba doña Clementina, llena de arrugas; el nieto de don Braulio, que era un poco bizco; el chico del almacén, que era petiso; Antonia, llena de pecas… y chicos que usaban aparatos en los dientes, chicos que a veces se comían las uñas, chicos que a veces se hacían pis encima, chicos con mocos, muchachos que clavaban los dientes en los sánguches de milanesa porque tenían hambre y chicas un poco despeinadas porque había viento.

Los sábados por la noche el Club de los Perfectos estaba siempre rodeado de floridenses. Y fue por eso que, cuando pasó lo que tenía que pasar, hubo muchos que pudieron contarlo.

Resulta que estaban ahí los Perfectos, tan perfectos como siempre reunidos alrededor de la mesa, perfectamente bronceados porque era verano y perfectamente frescos y perfumados, cuando pasó lo que tenía que pasar.

Pasó una cucaracha.

Una cucaracha lisita, negra, brillante, en cierto modo una cucaracha perfecta, que trepó lentamente por el mantel almidonado y empezó a caminar, perfectamente serena, por entre los platos.

El primero que la vio fue un Perfecto de saco blanco y corbata a rayas, perfectamente rubio. La cucaracha se acercaba, pacíficamente, hacia su plato.

El Perfecto rubio se puso de pie… demasiado bruscamente, porque voló la silla, empujó con el codo el plato decorado, que se estrelló contra el piso, y derramó el vino tinto de su copa labrada sobre la Perfecta de vestido blanco.

La cucaracha entre tanto, posiblemente sorda y seguramente valiente, seguía recorriendo la mesa, desviándose sin sobresaltos cuando se le interponía algún plato.

Los Perfectos en cambio sí que parecían sobresaltados. Había algunos que se subían a las sillas y gritaban pidiendo ayuda, y otros que se comían velozmente las uñas acurrucados en los rincones. Había algunos que lloraban a moco tendido y otros que, de puro nerviosos, se reían a carcajadas.

El mantel ya no parecía el mismo, lleno como estaba de platos rotos y copas volcadas. Y serena, parsimoniosa, la machita negra y lustrosa proseguía su camino.

Los floridenses que estaban junto a la reja al principio no entendían. Se agolpaban para ver mejor, los de la primera fila les pasaban noticias a los de atrás. Aníbal, el relator de los partidos amistosos, se trepó a lo alto de la verja y empezó a transmitir los acontecimientos:

―El Perfecto de la Camisa a Cuadros se cae de espaldas. Rueda. Quiere ponerse de pie, trastabilla y cae sobre la Perfecta del Collar de Nácar. La Perfecta del Collar de Nácar pierde la peluca. Se arroja al suelo y camina en cuatro patas tratando de recuperarla. El Perfecto del Traje Azul tropieza con ella, pierde el equilibrio y cae… Cae también su dentadura, que golpea ruidosamente contra la pata de la mesa…

Arrugados, despeinados, manchados y llorosos, los Perfectos fueron abandonando la casa de la calle Warnes. Los floridenses los miraban salir y no podían casi reconocerlos. Algunos estaban pálidos. Otros parecían viejos. Algunos, si se los miraba bien, eran francamente gordos. Y todos, uno por uno, estaban muertos de miedo.

A los floridenses más burlones les daba un poco de risa.

Los floridenses más comprensivos les sonreían y les daban la bienvenida: al fin de cuentas no era tan malo estar de este lado de la reja.

De más está decir que ese mismo día se disolvió el Club de los Perfectos.

Y cuentan en el barrio que los sábados por la tarde algunos de los que fueron sus socios llegan cansados y hambrientos del Deportivo Santa Rita y que otros van, un poco despeinados, al Social Juan B. Justo.

Cuentan también que en la casa de la calle Warnes ahora crecen malvones.

Y parece que así es mucho mejor que antes.


De Graciela Montes.

martes, 22 de septiembre de 2020

CULTIVO Y FASES LUNARES

 Desde hace muchos años los agricultores han observado el ciclo lunar para optimizar los resultados del cultivo.

Al igual que con las mareas, las personas y demás mamíferos, la fuerza gravitatoria de la Luna afecta a las plantas ya que influye en su fotosíntesis, en la germinación de las semillas, en la humedad de la tierra o en los movimientos de ascenso y descenso de la savia por la planta, por lo que cada ciclo lunar es más idóneo para una determinada tarea relacionada con el cultivo.

Además de las diferentes fases de la Luna, también influye en las plantas la distancia de ésta con la Tierra y su estado. El cultivo basado en el ciclo lunar se llama biodinámico y lleva muchos años aplicándose por diferentes cultivadores.

LAS FASES DE LA LUNA

Existen cuatro fases diferentes de la Luna:

LUNA LLENA:

La Luna está completamente blanca. Durante esta fase la savia se encuentra en la parte aérea de la planta, existe un mayor desarrollo del follaje, por lo que toda la actividad relacionada con el sistema radicular se ve disminuida. No es recomendable durante esta fase hacer esquejes.



LUNA CRECIENTE:

La Luna tiene forma de D. La savia asciende desde las raíces hacia la parte superior de la planta. El momento idóneo para germinar y sembrar las semillas es al final de esta fase. No es recomendable hacer podas.


LUNA NUEVA:

La Luna está completamente negra. Es un periodo durante el cual la planta está en reposo y reduce su actividad por lo que se produce muy poco desarrollo. Durante esta fase es recomendable realizar podas y trasplantes, además de que es una buena fase para abonar, para el control de adventicias y en el cultivo de guerrilla, eliminar las plantas que nos estorben.


LUNA MENGUANTE:

La Luna tiene forma de C. En esta fase la savia desciende hasta las raíces, por lo que hay más actividad radicular y es una buena fase para realizar actividades relacionadas con este sistema como hacer esquejes, trasplantes, cortar, enraizar, fertilizar o regar.


CICLOS DE LA LUNA

Además de las cuatro fases, la luna atraviesa simultáneamente dos ciclos llamados ascendente y descendiente. Se puede saber en que ciclo se encuentra si se observa la altura de la Luna un día y se compara con su altura al día siguiente. Si está más alta está en ciclo ascendente, por el contrario, si está más baja se encuentra en ciclo descendiente.

Ciclo ascendente:

La savia se concentra en la parte aérea de las plantas, en el follaje. Si tienes pensado realizar esquejes, utiliza los últimos 2-3 días de esta fase lunar para cortar los futuros esquejes. Enraizarán con fuerza y rapidez a medida que la Luna descienda y se produzca la fase menguante.

Ciclo descendiente:

La savia se concentra en la parte de las raíces. Es el momento ideal para enraizar, germinar y sembrar las semillas, abonar, trasplantar, podar y preparar el terreno.

La órbita que describe la Luna es elíptica, por lo que varía su distancia respecto de la Tierra. El momento en el que se encuentra más lejos de la Tierra es el apogeo y cuando se encuentra más cerca de la Tierra es el perigeo. Durante el apogeo y perigeo y los días anterior y posterior no es recomendable trabajar con las plantas.


Además la órbita de la luna coincide en dos ocasiones con la órbita de la Tierra. Este momento, llamado nodo, se produce aproximadamente cada 28 días y puede ser ascendente, cuando coincide con la Luna ascendente o descendiente, cuando coincide con el ciclo lunar descendiente. No es recomendable trabajar con las plantas durante los nodos y los días anterior y posterior.

jueves, 17 de septiembre de 2020

Carta abierta a la agroecología que queremos

En tiempos donde una parte de la población esta poniendo su mirada en qué cosas come y cuales elije dejar de comer, donde se están empezando a elegir frutas y verduras sin glifosato, ni agrotóxicos que envenenen nuestro cuerpo; también pasan cosas que envenenan nuestro alma.

La construcción de un colectivo humano que busca producir y consumir hortalizas naturales también debe incluir una pluralidad de voces y de pensamientos; que se busque el consenso pero que también pueda haber disenso en las opiniones porque, pese a la cuarentena, estamos en democracia.

Hay espacios que se ven muy lindos por fuera pero que internamente no todo reluce de la misma forma. Donde "la cabeza" del grupo, que no fue elegida, puede decidir si vestirse de azul o verde según lo amerite la ocasión y proceder de forma dictatorial y unánime en muchas de las decisiones que el "grupo grande" ignora y que a lo sumo se enterará un tiempo después. O donde l@s sociólog@s expulsan gente de los grupos participativos porque cuestionan un modelo arbitrario, sin pensar en cómo se siente el exiliado y sin siquiera darle la oportunidad de defenderse y expresarse ante el resto del espacio.

Elijamos la agroecología sana, plural, donde los miembros se expresen sin restricciones ni expulsiones; donde las frutas y verduras crezcan sanas y sin químicos; donde no existan "el grupo chico" y "el grupo grande; donde tod@s, absolutamente tod@s, podamos decir qué queremos para nuestra agroecología. Porque sino, será solo un conjunto de buenas prácticas agrícolas, sin tejido social, sin unión, sin equidad. Porque si en los cultivos proclamamos la diversidad de especies, los bordes y la asociación de especies, no podemos en las relaciones interpersonales excluir al que opina diferente, al que levanta la voz cuando algo no se está haciendo de manera correcta. Porque si hacemos esto, estamos aceptando una manera ideal para los vegetales y otra antagónica para las personas.

Y vos...cuál es la agroecología que querés?


                                                                      Firma: un excluido