lunes, 12 de agosto de 2013

La Salvia para tratar anginas, problemas de encías, enfermedades del hígado y riñones, y otras condiciones

propiedadessalvia
Con este nombre que deriva del latín “salvare”, lo cual demuestra la reputación de que siempre ha gozado, se designan muchas especies de una misma familia. Las más importantes son:
Salvia oficinal, menor, real, Té de Grecia o de Europa (Salvia officinalis). Hoy se cultiva en todos los jardines. Es célebre desde la más remota antigüedad; los latinos la llamaban Herba sacra y la célebre escuela de salerno solía decir: “Cur moriatur homo cui Salvia crescit in horto?” (¿Por qué ha de morir el hombre que tiene Salvia en su jardín?). Tiene efectivamente una infinidad de propiedades: es estimulante, estomacal, nervina, tónica y resolutiva y se emplea lo mismo en infusiones para uso interno, que en forma de lociones, baños, fomentos, fumigaciones y gargarismos. También es excelente para lavar los ojos cuando están enfermos.
Salvia esclarea o mayor, Maro vulgar (Salvia sclarea); Salvia de prado o Tárrago (Salvia pratensis), Salvia hormín o Gallocresta (Salvia verbenaca). Todas se usan como la oficinal, pero sus propiedades son mucho menos acentuadas. El chía de los homeópatas es la semilla de la Salvia hispanica, que crece en algunos parajes de méxico y con la cual se prepara una bebida refrigerante.
Además de la oficinal, hoy muy común, tenemos las especies siguientes: Zapania germinata, con cuyas hojas se prepara una infusión anticatarral y estomacal y un cocimiento que se usa para baños antihemorroidales; la Salvia de monte (Lantana), de virtudes iguales a la anterior; Salvia guazú (Salvia uliginosa), cuyas hojas y flores, en infusión, son estomacales; y la Salvia de la hora (Buddleia mendozensis), que crece en Mendoza (Argentina) y se usa como las anteriores. La Salvialora (Hyptis) es antidispéptica y estomacal; se usa la infusión de las hojas y flores.
Gran estimulante del gran simpático (gran nervio a lo largo de la columna vertebral, independiente de la voluntad y que rige la vida vegetativa), pone en movimiento todo el sistema nervioso dependiente del gran simpático y, por lo tanto, activa indirectamente la circulación de la sangre y normaliza todas las funciones de la economía del cuerpo humano, evitando toda clase de trastornos. En efecto, cuando la sangre circula bien por las arterias y venas, es la mejor señal de la armonía general.
La Salvia crece en todas partes, pero prefiere los terrenos secos y ligeros. Si se quiere cultivar en huertos y jardines debe regarse con moderación y sólo durante las grandes sequías. Se recolecta durante la floración (da flores blancas, azules o rosadas), que suele producirse durante toda la primavera. Se deja secar al calor natural y luego se conserva en sitio seco. Se emplea la planta entera.
Para uso interno, se prepara en infusión a base de una cucharada por taza. De 3 a 4 tazas al día, calientes. La misma para gargarismos. Para uso externo, añadir al agua del baño de vapor unos 50 gramos de Salvia.
Las hojas y brotes tiernos de esta planta son una excelente comida cruda; su jugo es muy curativo.
La Salvia es una planta sudorífica, desinfectante, astringente y algo diurética. Está particularmente indicada en gargarismos, contra las anginas; contra los trastornos de la menstruación y el sudor nocturno de los tuberculosos. Y, sobre todo, siempre que convenga hacer sudar al paciente.
La Salvia es un remedio para dientes y encías flojas, inflamación de la garganta y tonsilitis, mucosidades de la garganta y del estómago, tos, diarrea, enfermedades del hígado y de los riñones, malas digestiones, bronquitis, ronquera, etc.
El que padece de desintegración de la sangre, mezcle con la Salvia un poco de Ajenjo. Esta mezcla se puede emplear también para gárgaras en cualquier inflamación de la garganta o supuración.
Con las hojas de Salvia pueden obtenerse dientes blancos si se frotan con ellas.
La decocción o la tisana de Salvia es un excelente medio para lavar la cabeza, ya que es un gran limpiador del cuero cabelludo, proveyéndolo de las sustancias que necesita, y combate con éxito las impurezas.
Como la mayoría de las enfermedades provienen de la escasa secreción de orina y del estreñimiento, estos malestares pueden ser combatidos con la Salvia, la cual tiene un efecto muy depurativo y curativo sobre los riñones, la vejiga y el estómago.
Con ella se combaten, además, toda clase de catarros, el asma, y se elimina el ácido úrico.
Sabemos que éste último es la causa de muchas enfermedades. El que elige pues la Salvia como remedio salvador y la emplea en forma de alimento crudo (cuando se trata de la planta tierna) o su jugo, o en forma de tisana, no tardará de tener su cuerpo en orden, con todos los órganos en perfecto estado, y funcionando de maravila.
Un remedio tan eficaz como la Salvia puede incluso curar o aliviar dolencias externas, tales como picaduras de abejas, de arañas, mordeduras de perros y hasta mordeduras venenosas. En estos casos se debe lavarse con frecuencia la herida con tisana de Salvia y colocar sobre ella hojas machacadas renovándolas a menudo.
¿Cómo debe hacerse una cura de Salvia
  1. Los gajos y las hojas tiernas se preparan en ensaladas, mezclándolas con Lechuga y otras plantas silvestres y verduras.
  2. Estofadas, cocidas y fritas, solas o con otras plantas silvestres y verduras.
  3. En forma de jugo fresco acabado de exprimir. Esta es la manera preferible, ya que así se aprovechan mejor todos los elementos nutritivos y curativos. Se toman de 2 a 5 cucharadas de jugo fresco cada hora, pero no durante las comidas. También puede tomarse en ayunas, cada día, dos tacitas pequeñas. Por la noche, también se puede tomar un poco de jugo.
  4. En forma de tisana cruda, que se obtiene cortando las hojas tiernas (también gajos jugosos, si se quiere), que se ponen en remojo en agua fresca durante toda la noche. A la mañana siguiente, se cuela y el líquido resultante se toma a razón de dos a cinco cucharadas cada hora. De la misma manera puede tomarse el jugo exprimido (si no se prefiere beberlo de una sola vez) por la mañana o por la noche. La medicina natural obtiene un efecto mejor si se toma en pequeñas cantidades y a menudo (cada media hora o cada hora), pues este procedimiento viene a ser un ataque concéntrico sobre el centro de las enfermedades, las cuales tienen que capitular al fin, igual que una piedra grande que, bajo la fuerza de las gotas de agua que van cayendo regularmente sobre un mismo punto de ella, acaba horadándose. Lo que a veces no pueden hacer las grandes masas de agua, lo hacen las pequeñas gotas regulares y persistentes.
  5. En infusión: Se vierte el agua hirviendo sobre la planta fresca o seca, se tapa bien y se deja reposar así por 10 minutos; después se cuela.
  6. Como tisana cocida.
  7. Salvia en polvo para condimentar sopas y otros platos; es muy nutritiva y saludable. El procedimiento para conseguirla no ofrece dificultad: se toman hojas bien secas y se desmenuzan entre las manos; si se quiere obtener un polvo más fino, puede emplearse un molinillo de los que venden para moler pimienta. La salvia en polvo es un condimento natural y agradable, apto para cualquier clase de comida.
La cura de Salvia puede verificarse de la misma manera. Si dispone de plantas tiernas, será preferible realizar la cura con jugo fresco de las mismas. Aconsejamos tomar de una a tres cucharadas de jugo fresco cada hora, o bien, de cinco a siete cucharadas de tisana cada hora. La cura puede prolongarse el tiempo que se quiera; no hay ninguna contraindicación, sino todo lo contrario.
Libro “Consejero de Medicina Natural I: Plantas”, por Carlos Kozel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario