La fertilidad no es algo que
haya inventado la agricultura moderna. No esta representada por la
cantidad de nutrientes presentes en un suelo, sino por la capacidad vital de la tierra para proporcionar a las plantas, TODO lo que necesitan para desarrollarse saludables.
La clave del cultivo ecológico es observar como funciona en la naturaleza, para reproducirlo lo mejor posible este proceso por medio del cual las plantas se alimentan desde hace millones de años.
Para ello, tenemos que dejar de considerar la tierra
de cultivo un medio inerte. El suelo de cultivo es un ecosistema
viviente con cientos de miles de especies de microorganismos diferentes
(micorrizas, bacterias, ácaros, protozoos…..) lombrices e insectos.
Todos ellos trabajando conjuntamente propician la fertilidad de
un suelo generando nutrientes, estructurándolo y transformándolo
continuamente, usando como materias primas la materia orgánica, la roca
madre, la luz del sol, el agua y el aire.
Cómo propiciamos este proceso de la fertilidad
Respetando y protegiendo en el suelo una estructura aeróbica.- Evitar
que se apelmace por pisoteos inundaciones o maquinaria pesada. También
es importante trabajarla en un grado de humedad adecuado, mullirla sin
desmenuzarla excesivamente. En un suelo con una estructura ideal, hay
la mitad de tierra y la otra mitad se reparte entre aire y agua. Gracias
al trabajo de la microfauna y a las secreciones de las lombrices, la
tierra se aglomera en porciones o gránulos, entre los cuales pueden
fluir el aire y el agua. Esto permite un buen desarrollo de las raíces,
aireación y permeabilidad. Estas características son imprescindibles
porque la microfauna responsable de la fertilidad es aerobia o sea que
necesita estar en contacto con el aire.
Aportando materia orgánica. La
presencia de materia orgánica aumenta la esponjosidad de la tierra y la
capacidad de retener agua. Su descomposición no solo proporciona
nutrientes a las plantas de forma equilibrada y al ritmo adecuado sino
que su presencia crea en el suelo un ecosistema al abrigo del cual miles
de especies de microorganismos absorben nutrientes de la roca madre o
del aire. de la materia orgánica es el único medio por el que las
plantas obtienen nutrientes para que el abonado no sea fuente de
problemas
Protegiendo el suelo desnudo.- Un
acolchado orgánico eficiente produce un microclima con una humedad y
temperatura más estables. También protege la actividad de la microofauna
de las radiaciones ultravioleta.
TRUCOS.– Para ver si el grado de
humedad es optimo para trabajar la tierra, se toma un puñado y se
aprieta. Si cuando abres la mano se deshace totalmente, es que esta
demasiado seca. Si la presionas con el dedo y se deshace en trocitos más
pequeños, es que está en buen punto y si al presionarla no se deshace
es que esta demasiado húmeda.
****************************************************************************************
Ph
Ph
4 5
6 7 8
9 1 0
——————-=============================—————————————-
Del, 5 al 7,5 es el nivel de ph que las plantas aceptan
razonablemente bien Las acidofilas prosperaran cerca del 5 y las
alcalinas cerca del 7
Mejorar un suelo alcalino.- La adición
constante de materia orgánica vegetal y particularmente los restos de
coníferas como acolchado, va corrigiendo un suelo alcalino.
Mejorar un suelo ácido.- Añadir
sustancias alcalinas como la cal común carbonato de calcio, dolomitas o
piedras calizas desmenuzadas. Incorporarlas paulatinamente (Un poco cada
temporada) pues una aportación masiva puede desequilibrar la actividad
biologica del suelo.
ACOLCHADO
Una máxima incontestable para
llevar a cabo un cultivo ecológico, es observar la naturaleza y
copiarla. Si nos fijamos, en los entornos naturales la tierra nunca esta
desnuda. La cubre una capa de materia orgánica que se va reponiendo sin
cesar.
Esa es la estética natural, y no atenerse a ella conlleva el riesgo de desequilibrios y problemas de plagas.
Este acolchado además, tiene un
papel trascendente para mantener una humedad estable, proteger de los
rayos ultravioleta a los microorganismos que promueven la fertilidad, y
dificultar el desarrollo de adventicias que no germinan por falta de
luz, y si lo hacen no pueden superar la barrera física que supone. Finalmente se integra en el suelo en forma de humus.
En las zonas para ornamentales el
acolchado se usa circunstancialmente, a la espera de que las tapizantes
tomen el relevo. Estas al desarrollarse, formaran un acolchado vivo,
asociado a arboles y arbusto. Estas asociaciones que siguen el modelo de
las que existen en la naturaleza formaran ecosistemas estables de gran
importancia para el equilibrio del huerto jardín.
Con que acolchamos.– Se
puede usar aquella materia orgánica que tengamos a nuestro alcance:
Paja, corte de césped, viruta de ramas, cáscaras de almendra,
cascarillas de arroz, orujo de uva, heno, viruta de corteza de árbol,
hojas.
Una pequeña maquina cortacésped (a
poder ser eléctrica), con recogedor, puede ser una fuente de materiales
para acolchar que sustituyan ventajosamente la paja.
.——-Produce un material más biodiverso (genera más fertilidad).
.——-Mantenemos los caminos y zonas de equipamientos transitables.
.——-Nos permite obtener recursos de zonas aledañas sin cultivar.
.——-Reducimos gastos en paja.
El acolchado artificial con
ciertos tejidos de plástico protege del sol y conserva la humedad pero
no fomenta la vida y la fertilidad como el acolchado con materiales
naturales.
Como acolchamos.–Lo ideal sería un grosor de unos 15 cm, que se irá reponiendo a medida que se va incorporando a la tierra.
Cuando acolchamos.–El
mejor momento para acolchar dependerá del clima. En climas secos
acolcharemos cuando la tierra tenga el máximo de humedad, ya sea por
lluvias o por un riego copioso. En climas lluviosos el suelo no debe
estar demasiado húmedo.
Virtudes del acolchado
1º— Conserva la humedad del suelo,
ahorrando agua y evitando el lixiviado de nutrientes que cualquier
riego produce.
2º— Impide el crecimiento de malas
hierbas, lo que de por sí es una gran ayuda y un gran ahorro de
trabajo. (Siempre se escapa alguna especialmente hábil)
3º— Ayuda a mantener un nivel
optimo de materia orgánica en la tierra al incorporarse a ella en forma
de humus, a medida que se va descomponiendo.
4º— Estimula la vida microbiana,
que es la clave de la salud y vitalidad de las plantas, y la protege de
las radiaciones ultravioleta. Beneficia sobre todo a las bacterias
nitrificantes, que a su abrigo pueden fijar del aire hasta 80 Kg. por
hectárea.
5º— Propicia a nivel del suelo un
microclima con una mayor estabilidad, que atenúa las temperaturas
máximas y mínimas, y suaviza las fluctuaciones de temperatura y humedad.
La diferencia de temperatura en un suelo de estar acolchado a estar
desnudo, puede ser en circunstancias extremas hasta de 30º.
6º— Protege la tierra de la
erosión por vientos y lluvias fuertes pues no deja correr el agua de
lluvia con facilidad. En casos de lluvias fuertes En un suelo desnudo y
trabajado podemos ver correr el agua de color chocolate arrastrando
grandes cantidades de suelo fértil.
7º—El acolchado tarda 2 min. en cubrir el 100% de su capacidad de absorción de agua y 16 días en secarse.–
8º.—Evita la reflexión del calor de la tierra a las plantas
9º.- Oculta los sistemas de riego, de modo que no se calienta el agua y en zonas calcáreas tarda más en obstruir los goteros.
Cuestiones a tener en cuenta al acolchar
.——–Hay ocasiones en que algunos
cultivos deben sembrarse directamente sobre el bancal o con planteles
muy pequeños o endebles. En estos casos es mas practico no acolchar
hasta que la planta tenga una envergadura mínima. Previamente habremos
desherbado removiendo la tierra con la horca curva, o la azada.
.——–En las zonas muy frías puede ser aconsejable retirar el acolchado en primavera, para que la débil radiación solar
pueda llegar a la tierra.
.——–Hay que tener en cuenta que en
los sitios en que llueve muy poco y no hay posibilidad de regar las
plantas artificialmente, el acolchado puede ser un impedimento ya que la
escasa lluvia que cae se empapa en el acolchado y no llega nunca a la
tierra pues desde allí se evapora directamente. Hay muchas plantas,
cuyas adaptaciones a esos ecosistemas no es como se podría pensar emitir
raíces en profundidad, sino tener una tupida red de raicillas
superficiales. En estos casos y es mucho mejor el acolchado de cantos
rodados.
.——–En cambio en las zonas frías
con gran humedad y pluviométrica, en invierno es preferible acolchar
solo con compost que al tener un color oscuro calentará mas la tierra.
El acolchado acumularía excesivamente la humedad y mantendría la tierra
fría.
.——–Retirar el acolchado de los
troncos de las plantas, pues, en temperaturas medio-altas, la humedad en
la parte aérea puede traer riesgos de plagas (hongos).
.———- La pinaza sera también un
acolchado ideal para las freseras que prefieren un ph ligeramente acido.
En zonas demasiado alcalinas puede ser beneficioso usarla, pues
actuara de regulador.
.——–Los materiales oscuros absorben mucho más calor que los claros
.——–Si podemos elegir los materiales, tener en cuenta las diferentes texturas y su efecto en las zonas ornamentales.
Otros acolchados
Acolchado de cantos rodados.——–Es
particularmente interesante el acolchado de cantos rodados y piedras
lisas no porosas pues son como acumuladores de agua. El rocío que se
posa sobre ellas, resbala hasta el suelo y se filtra en él, debajo de la
piedra creando una humedad que luego es protegida por la sombra de la
piedra. Este tipo de acolchado es el ideal en general para plantas de
raíces muy superficiales y para el cultivo de cactus y suculentas pues
mantienen la humedad lejos de sus hojas.
Acolchado verde.–La
tierra siempre tiende a cubrirse. Podemos facilitárselo con un abono
verde, o en última instancia las adventicias son mejor que la desnudez.
Acolchado de tapizantes.——Hay
una gama inmensa de plantas tapizantes para cualquier necesidad y
ecosistema. El suelo desnudo se cubre primero con acolchado de materia
orgánica y se plantan tapizantes que irán cubriendo el espacio de verde y
flores. En los cultivos hortícolas el trébol blanco es una tapizante
que inhibe la emergencia de adventicias y aporta nitrógeno a la tierra.
EL RIEGO
Humedad estable.–Cuanto
más estable sea la humedad, mejor rendimiento obtendremos, con menos
esfuerzo y problemas. Los contrastes fuertes del nivel de humedad
debilitan las plantas y las vuelven propensas a plagas y enfermedades.
Debemos intentar que los contenidos de aire y agua estén equilibrados en
el suelo el mayor tiempo posible. Los excesos de agua tras el riego y
la sequedad después tienden a producir desequilibrios que conducen a la
aparición de parásitos y enfermedades.
Usando un acolchado eficiente, se
consigue que tras los riegos haya un largo periodo de estabilidad con
una relación óptima humedad/aire, ideal para el trabajo de la vida
microbiana, las lombrices, y el desarrollo de las raíces.
Secuencia de riegos.–Cuando regamos demasiado frecuentemente de forma superficial, propiciamos un desarrollo superficial de las raíces.
Si regamos abundantemente y antes
de un nuevo riego, dejamos secar algo el suelo, obligamos a las raíces a
desarrollarse en profundidad siguiendo la humedad que se retirara
lentamente hacia abajo. Una raíz desarrollada permite a la planta
acceder a mas nutrientes y agua.
Regar si es necesario.–No regar por sistema. Es preferible escarbar bajo el acolchado y sentir la humedad de la tierra.
En caso de instalar riegos
automatizados, podemos usar sensores de lluvia o de humedad del suelo
que nos ayudaran decidir los riegos hasta que tengamos más experiencia.
Tipos de suelo.–Los
suelos arenosos deberán regarse más frecuentemente y con menos cantidad
de agua, para evitar escorrentías, pues son muy permeables y al retener
peor el agua, esta se pierde y arrastra con ella nutrientes.
En los suelos arcillosos, pasa lo
contrario. Habrá que regar más copiosamente, con menos frecuencia y
preocuparse de que la tierra no se apelmace o se encharque.
La secuencia de riego también
dependerá de otras características como la capacidad de la tierra para
acumular agua (profundidad y nivel de materia orgánica).
Cuando regar.–Los
riegos se aprovechan mas y provocan menos problemas, por la mañana o al
atardecer. Evitar los riegos el resto del día, sobre todo en las horas
de calor.
Riego para favorecer la fructificación.–Cada
grupo de hortícolas requiere para favorecer su producción una secuencia
diferente de riegos. Las de hoja requieren un riego lo más regular
posible y bastante copioso para tener un buen desarrollo y no espigarse
antes de tiempo. En cambio las de fruto en general deberían mantenerse
en un tempero razonable mientras dure el enraizado. Pero es aconsejable
restringir el riego cuando empiece la floración, de lo contrario pueden
tirar las flores y dedicarse a producir hojas. Cuando ya tiene varios
frutos cuajados retomaremos el riego normal. (Para cultivar judías
pimientos, tomates…lo mejor es empezar con un tierra con buen tempero,
protegerlo, y no volver a regar hasta que aparezcan los frutos).
LA PODA
A menudo las plantas son dañadas por
el viento y los animales en busca de fruta. De forma natural, se da un
proceso de renovación de ramajes, en el que son eliminadas en mayor
medida las partes enfermas y muertas.
Hay que podar ¿?
Una poda adecuada puede devolver la
salud a una planta endurecida y enferma. Ciertas plantas lo necesitan
para evitar enfermedades criptogámicas, o un desarrollo caótico y sin
frutos. En ciertos frutales es necesaria para acceder a la cosecha o
para fomentar la fructificación.
Dada la dificultad de prever el
crecimiento de cada planta es frecuente tener que podar para evitar un
crecimiento excesivo que dificulte el paso o prive de luz a otras
plantas.
Pero aplicada sin criterio o con
criterio equivocado, puede debilitar la planta, haciéndola accesible a
las plagas o a la enfermedad y la muerte.
Todos nos hemos sentido muchas veces
agredidos por las las mutilaciones perpetradas en nombre de la poda
sobre todo en arboles de entornos urbanos. La poda sistemática, no tiene
sentido y solo muestra la insensibilidad y distanciamiento con que el
ser humano trata al resto de seres vivos.
La poda no debería ser nunca una
rutina que se lleva a cabo obligatoriamente cada año, sino el último
recurso después de agotar nuestra creatividad para encontrar una
alternativa.
¿Qué sucede al podar una planta?
En cualquier planta existe un
equilibrio entre la parte aérea y la subterránea. Al reducir la parte
aérea, la capacidad de la planta para producir energía queda
momentáneamente reducida.
La planta, para recuperar su
equilibrio, tiende a brotar en esa zona proporcionalmente a su vigor, y
al rigor de la poda y se estimula la emisión de nuevas raíces para
captar nuevos nutrientes. Para llevar a cabo este esfuerzo, moviliza sus
reservas, quedándose circunstancialmente más indefensa ante
adversidades, plagas y enfermedades. Especialmente si no hay
paralelamente aportes de nuevos nutrientes.
Además un corte de poda es una agresión que desorganiza temporalmente el sistema defensivo del árbol o arbusto.
Por medio de su crecimiento, una
planta expresa sus necesidades. Si sistemáticamente cortamos la rama que
se empeña en salir siempre en la misma zona, estamos creando un círculo
vicioso que debilita la planta y nos da trabajo. Podemos aplicar una
solución intermedia que respete las necesidades de la planta pero
guiarla y modular sus propios hábitos de crecimiento, de modo que se
acerque al mismo tiempo a nuestros intereses.
Este cerezo nunca ha sido podado. Al
doblar sus ramas guía, se han modulado sus hábitos de crecimiento
apicales, sin necesidad de cortar nada. Toda su energía se dedica a la
fructificación
RAZONES PARA LA PODA
La ordenación del ramaje.-–Se
eliminan las ramas entrecruzadas o que compiten con otras por la luz
agobiando el centro de la planta y propiciando en ciertas plantas
problemas de hongos. Podemos sortear este problema en gran medida
evitando plantas con hábitos de crecimiento caótico, y seleccionando las
variedades menos proclives a tener problemas de hongos, (De una misma
planta puede haber variedades más asequibles a ciertas plagas que
otras). También evitaremos situar en zonas umbrías y húmedas las
especies más sensibles a problemas fúngicos.
La funcionalidad. —Para
limitar al máximo la poda por este motivo hay que seleccionar la
envergadura adecuada para el espacio disponible, y situar las plantas
de modo que no invadan las zonas de paso o las reservadas a otras
plantas.
La estética. —Deberíamos
seleccionar solo aquellas plantas que nos gusten en su porte natural.
Si no hemos tomado está precaución, debería respetarse en la medida de
lo posible el patrón de crecimiento de la planta y su propia estética
natural. Mientras este ideal llega, cortar lo menos posible,
retirándonos durante la poda a una cierta distancia, para comprobar en
perspectiva el modelado de las formas y que no se cortan ramas
importantes de su estructura.
Fructificación y floración.-
Debería aplicarse con el máximo sentido común, buscando siempre un
buen equilibrio entre nuestros intereses y las necesidades de la planta.
Hay plantas con un patrón de crecimiento caótico que necesitan la poda
para evitar problemas de hongos (olivos). Otras como el naranjo para
evitar el “efecto bombilla” que hace que la periferia muy poblada de
hojas de la copa, tape toda la luz al interior que se queda seco.
Normalmente la poda en frutales tiende
a “abrir” la copa, y distribuir el ramaje de modo que capte el máximo
de luz solar y esté ventilado.
Provocar una reacción que devuelva la
vitalidad a una planta enferma. —En el caso de plantas viejas,
endurecidas o afectadas de una plaga persistente, una poda radical puede
provocar su renovación tomando nueva vida. Para ello recortamos la
madera muerta y el crecimiento endeble hasta el tallo sano.
Esto solo tiene sentido si
paralelamente le proporcionemos un suelo que genere los suficientes
nutrientes, cavando sus alrededores al final de la temporada y abonando
con estiércol bien hecho o compost (1 cm. en superficie sin mezclar con
la tierra) y acolchando bien para que las lluvias invernales vayan
integrando los nutrientes de forma natural. El mejor periodo para este
trabajo es al inicio de la luna nueva
Algunos arbustos débiles pueden reaccionar simplemente pinzándolos en luna menguante
Los chupones.–Hay
especies que tienden a emitir ramas verticales “chupones”, que absorben
mucha vitalidad de la planta, pero dan poca flor y fruta.
Estas ramas en vez de cortarlas en
ocasiones se pueden convertir en florales-frutales arqueándolas en la
dirección más conveniente, atándolas o colgándoles un peso. Si su
excesiva profusión o situación inconveniente hacen necesaria la poda, es
mejor hacerlo en verde, en pleno crecimiento.
Cuándo podar:
Poda otoñal
En climas suaves donde no es un riesgo
por lo raro de las heladas, se puede hacer una semipoda en otoño (en
plantas de crecimiento vigoroso, y cuando aun la savia está activa). La
planta ya reorganiza su esquema de crecimiento, para cuando el clima es
favorable. En climas más duros se podara solo aquello que no pueda ser
afectado por el frío.
Hay que evitar podar en otoño los árboles del tipo prunus pues en esta época son proclives a enfermedades de hongos.
Poda en verano
El mejor tiempo para la poda de arces,
abedules, y nogales es a finales de verano, pues estos árboles, al ser
podados exudan un denso flujo de savia. En los cortes que se hacen a
finales de invierno o principios de primavera, este flujo es difícil de
parar hasta que salga la hoja, por lo que pueden debilitarse. En el
caso de los arces es importante porque tardan mucho en cicatrizar y
pueden contraer hongos.
Poda en verde
Se lleva a cabo en pleno crecimiento,
cicatrizando fácilmente al ser ramitas jóvenes. Está poda preventiva
evita que la planta gaste energía en crecimientos que habrá que cortar
más tarde.
En especies ornamentales
En general se podan al final del
invierno o principios de primavera cuando ya se mueve la savia, las
plantas que florecen partir de mediados de verano hasta otoño. Estas
plantas florecen sobre el crecimiento del año en curso y deben tener
tiempo para desarrollarlo.
Las que florecen en
invierno-primavera-mediados de verano, se podan después de la floración,
ya que lo hacen sobre tallos maduros de la estación anterior y si los
cortamos nos quedamos sin floración.
Una vez acabada la poda de formación
debería ser suficiente podar cada 4 años. Sin tener en cuenta la
floración de ese año. Si no florece, brotara más o acumulara más
reservas. Reduciremos mucho la poda de mantenimiento con una escrupulosa
selección y distribución de plantas, según su envergadura y hábitos de
crecimiento.
El resto de plantas salvo las que
florecen sobre el crecimiento del año anterior, es preferible podarlas
al principio del periodo de actividad, cuando ya la savia se está
moviendo pero nunca antes (mientras la savia no circula no empieza a
cicatrizar) ni mucho después (podar demasiado cerca de la floración,
debilita)
También es preferible evitar las heladas y humedades.
Frutales
Los árboles de fruto son especies que
por razones lógicas se han adaptado a hacer frente a una poda “natural”
durante la fructificación, ya que los animales en busca de alimento y el
excesivo peso de la fruta rompen ramas que deben cicatrizar. Por esta
razón en general es más adecuada la poda en verde en pleno crecimiento.
CUESTIONES A TENER EN CUENTA
1.—Para minimizar el
riesgo de infección, no cortar nunca a ras. Hay que respetar la arruga
de rama que se puede ver en la parte inferior, para que el collar de la
rama quede intacto, ya que es una zona defensiva de la planta.
2.—Las yemas
apicales, que son las que crecen en los extremos del árbol, segregan
una hormona que inhibe el crecimiento de las demás yemas de esa rama.
Cuando se corta la yema dominante las secundarias aceleran su
crecimiento, tomando el relevo la más próxima al corte. Si nos interesa
el crecimiento en alguna zona en donde las yemas están inhibidas,
podemos anular este efecto de dominancia apical interrumpiendo el flujo
de la hormona con un corte superficial justo encima. Este “efecto
ruptura”, es muy evidente por ejemplo en el pinzamiento de los brotes
apicales de la fucsia.
3.—Los tallos verticales crecen más rápido pero florecen y fructifican menos. Los tallos horizontales, hacen lo contrario.
4.—Una yema siempre crece en la dirección en la que está orientada.
5.—La poda próxima al
verano frena el crecimiento, la de pleno verano además estimulan las
yemas fructíferas. La poda próxima al invierno estimula el crecimiento.
6.—Si las partes débiles tienen una poda fuerte, se estimula el crecimiento.
7.—El momento
apropiado para la poda coincide con la luna menguante, y descendente, y
el peor momento con la luna creciente y ascendente.
CONCEPTOS BÁSICOS DE PODA
1.—-Usar instrumentos afilados y de calidad. Mantener engrasados después de limpiar con aguarrás y lana de acero.
2.—-Cortar por encima de una yema que se vea fuerte y que apunte en la dirección más favorable.
3.—-Cortar en bisel, con la pendiente en dirección contraria a la yema para evitar la excesiva humedad.
4.—-Cortar tallos secos enfermos o dañados hasta encontrar madera sana
5.—-Los restos de
poda finos pueden ser compostados directamente. Los leños gruesos es
necesario triturarlos. Si no se dispone de una trituradora se pueden
hacer montones en lugares donde no molesten en donde se van
descomponiendo lentamente proporcionando refugio a multitud de fauna y
fomentando la biodiversidad. A no ser que los necesitemos para
calefacción.
6.—-Tanto con las
cizallas como con las tijeras, la hoja de corte debe colocarse siempre
arriba de modo que la gravedad ayude en el corte.
7.—-No dejar nunca tocones pues son antiestéticos y representan un riesgo de enfermedad para la planta.
8.—-Cortar las ramas a ser posible junto a otra rama que haga de “tirasavias”.
9.—-Los troncos
grandes se cortan en trozos manejables, empezando del extremo, y al
final en la base, se hace un corte en la parte inferior, para evitar que
se desgarre la corteza y luego se corta desde arriba
10.—-En plantas
viejas rebordear los cortes con un cuchillo muy afilado y untar con
pasta de arcilla y propolis en luna nueva. El labio cicatrizante
cerrara mejor.
11.—-Para el trabajo
en rosales zarzas espesas y en general plantas con pinchos es
aconsejable el trabajo con cizallas largas para más comodidad y evitar
heridas
En esta actividad más que en ninguna
otra hay que encontrar el término medio, en nuestra relación con las
plantas. En el que sin llegar a obsesionarnos, no nos olvidemos de que
son seres vivos con su sensibilidad y necesidades.
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