A continuación presentamos el Manual Pro-Huerta,
instructivo completo para realizar una huerta orgánica familiar, escolar
o comunitaria.
Pro-Huerta es un sistema educativo de huerta
orgánica.
A nivel familiar propone la realización de la
huerta, en una extensión de tierra de 10 x 10 metros (100m2), de donde se
puede abastecer de hortalizas a 4 ó 5 personas durante todo el año, un
sistema desarrollado por el INTA (Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria), para implementar en el Programa ProHuerta.
Se presenta un instructivo de muy alta calidad,
explicando de una forma sencilla y amena, cómo autoabastecerse de
alimentos.
Si bien este plan nació con la idea de ayudar a
paliar el hambre en sectores de bajos recursos, es aplicable a todo el que
quiera autoproducir sus alimentos.
Los más pobres y carenciados pueden encontrar en
este programa una solución a su problemática, de índole económica,
pero no hay que olvidar que la mayoría de la población, sufre de grandes
deficiencias a nivel nutricional, generados por la mala alimentación.
La producción de alimentos orgánicos y la ingesta
diaria de los mismos podría recomponer en gran medida problemas
nutricionales que sufre nuestra población en general, no solamente la
carenciada.
1- IntroducciónObjetivos del proyecto " Pro-Huerta "
Principales características del programa:
La propuesta orgánica de Pro-Huerta
La complejidad de la naturaleza exige la captación de sus procesos de
equilibrio y desequilibrio, necesarios para generar y defender la vida.
La producción orgánica se basa en aprovechar la capacidad de
descomposición y asimilación de los suelos y de incrementar esa
capacidad para no agotar la tierra) facilitar la alimentación de las
plantas.
Esto supone el desarrollo de la observación y de los procesos del
pensamiento reflexivo (analizar, formular hipótesis, evaluar, etc.).
Se trata de entender que el suelo es un elemento vivo. Cuando posee mucha
materia orgánica, desarrolla muchos microorganismos donde la población
total diluye el efecto negativo de parásitos y enfermedades por el
control biológico que se genera.
Los sistemas de producción pueden ser demasiado complicados. Nosotros
hacemos algunas simplificaciones en el análisis para entenderlos. Así
obtenemos un conjunto de representaciones que llamaremos MODELO.
El modelo Pro-Huerta
Todo modelo es una abstracción de la realidad. Su análisis supone la
separación en partes y la identificación de cada uno de sus componentes.
Al proceso de análisis sigue un proceso de síntesis que es, en
definitiva, el que posibilita la construcción del modelo.
En nuestro caso, tomamos de los procesos biológicos el modo de
producción de la naturaleza y, por la vía del análisis, lo exponemos
para el conocimiento de quienes quieran hacer producción orgánica de
hortalizas.
La síntesis queda expresada por la producción de la chacra o quinta que
es el modelo más simple que nos permite detenernos en los aspectos más
significativos de la producción orgánica: asociación de plantas,
rotación y abonos.
Son éstos los pilares fundamentales de todo modelo orgánico. En nuestra
propuesta, la huerta orgánica intensiva supone, además, la dedicación
metódica a cada uno de los componentes, entendidos como un ámbito
específico de actividad. Así, desarrollamos la huerta orgánica
intensiva en cuatro momentos más:
• La tierra: donde se habla de la tierra orgánica, de cómo se mejora y
de qué relación establece con ciertos grupos de plantas: las rotaciones.• Abonos: hablamos de los abonos orgánicos, de cómo elaborarlos y utilizarlos. • Planificación: recién ahora nos detenemos a reflexionar sobre el plan de siembras de la huerta, que contempla todos los pasos anteriores en función de un calendario de siembra local. • Manejo: donde damos pautas y recomendaciones para mantener en producción continua la huerta.Se entiende que estas unidades temáticas no son correlativas a la aplicación sino a la explicación.
La propuesta orgánica es educativa
Nuestro Proyecto puede ser una herramienta valiosa si permite, además de
proveer efectivamente de alimentos, ayudar a despertar al sujeto para que
se transforme en un ser activo, que no sólo pueda recrear la propuesta
productiva sino que, de igual manera, se abra a otras inquietudes y pueda
ser protagonista de su comunidad.
Se trata, pues, de ofrecer una alternativa que conjugue el respeto con el
aprovechamiento de la naturaleza, la capacidad de observación con las
posibilidades y limitaciones de trabajo de aquéllos con quienes
convivimos o compartimos una experiencia de estudio y producción.
Debemos intentar crear, porque es posible, un ámbito donde podamos
enriquecernos todos. Los técnicos, porque tendremos dónde probar e
investigar. Y el resto de la gente también, porque podrá recuperar sus
saberes olvidados y obtener otros saberes.
El enfoque orgánico propuesto implica una concepción del mundo, del
hombre y de la vida, que posibilita, con el rigor científico y técnico
que brinda la investigación, hallar las alternativas socialmente viables
que las metodologías participativas parecen garantizar.
¿Qué es en esencia la agricultura orgánica?
En principio, privilegia la tierra y todo lo que signifique aumentar su
fertilidad natural, que es microbiológica. Luego, apunta a la variedad de
cultivos: asociaciones o policultivos.
Como consecuencia de estos dos
tipos de acción, el estado general de salud del sistema mejora
notablemente. Se va estableciendo entonces, una regulación natural con
control biológico.
El aumento de la fertilidad y la variedad de cultivos actúan como
verdaderos sistemas preventivos y la intervención técnica para el
control de plagas se hace ocasional, puntual y con productos "
blandos ", es decir, de baja toxicidad.
La naturaleza es compleja. La agricultura orgánica copia a la naturaleza
intentando simplificaciones a las que podemos llamar MODELOS. Estos
modelos no son lineales, porque evolucionan al combinar sus variables:
tiempos de trabajo, herramientas, capital o superficie, actividades,
suelo.
Cuando el hombre trabaja sobre un esquema de modelo realista, aprende de
la práctica y entiende los procesos de los abonos, del engorde de la
tierra y las rotaciones. También aprende de los movimientos poblacionales
de insectos y sus plantas huéspedes. Reconocer estos procesos le permite
hacer modificaciones al sistema.
Por esto es orgánica esta forma de hacer agricultura: por organismo, por
organización. y por esto la propuesta es intrínsecamente un modelo de
aprendizaje. El problema es no convertirlo en una simple receta, porque de
esa manera estaríamos desvirtuando y amputando esta posibilidad de
creciente autosuficiencia, de formas participativas, etc., que hacen al
propósito final del Proyecto.
Por último, lo orgánico es relativo y no debe ser una concepción
rígida o dogmática. La adaptación a las condiciones locales es en sí
misma orgánica. Esto exige la búsqueda de las alternativas más viables
según los recursos y la idiosincracia de la zona.
2- La Chacra
En una
chacra organizada, las plantas se cuidan unas a otras.
No hacen falta
pesticidas, ni tierra especial.
Y el trabajo no es tanto, sobre todo si lo compartimos.
¿Qué es una chacra?
Hemos llamado
CHACRA a un modelo de producción donde los cultivos no crecen aislados, sino
que lo hacen "asociados", complementándose unos con otros. Estos
cultivos pueden ser, por ejemplo, maíz, zapallo y poroto.
La chacra, no necesita una gran preparación del terreno ni mucha agua para el
riego.
¿Por qué empezar por
una chacra?
- Porque es una manera rápida de sembrar Esta es una propuesta orgánica
Se aprende
organizadamente, desde la práctica, gracias a que podemos ver todo el proceso.
Por un lado, porque muestra los procesos del mejoramiento de la tierra: cómo
las plantas, combinadas correctamente, producen más y mejor; cómo las
rotaciones conservan la fertilidad de la tierra y de qué manera las mismas
plantas pueden servir de abono para la temporada siguiente.
Rotación, secuencia y asociación de plantas
Esta forma de trabajar la
tierra está pensada para aprovechar mejor nuestro esfuerzo. Hay que puntear sólo
los pozos donde se siembra el maíz. La asociación y una adecuada rotación,
van mejorando la tierra y nos simplifican el trabajo. Cada cultivo va preparando
las condiciones para el siguiente.
1. Rotación.La alternancia de maíz en verano y habas o arvejas en invierno aumenta la fertilidad.2. Secuencia.En el verano siguiente no repetimos la siembra del maíz en el mismo lugar. Donde hubo maíz, después habrá habas, luego calabaza y así sucesivamente.3. Asociación de plantas.
En la asociación
del maíz con el poroto ambos se complementan. El poroto provee el nitrógeno
que el maíz necesita para su crecimiento. El zapallo se beneficia
aprovechando la materia orgánica semidescompuesta que quedó acumulada
de los rastrojos anteriores y de la limpieza de yuyos.
La caña de maíz
sirve de apoyo al poroto, el que se va enramando en ella. A su vez, el
zapallo, por su crecimiento horizontal, cubre el suelo ayudando a
controlar las malezas.
Esta es una
antigua manera de sembrar que aún hoy se sigue usando.
Hay varias razones para hacerlo:
Los alimentos y la salud
El maíz, la papa, el
trigo, el arroz y las batatas nos aportan ENERGIA que necesitamos para correr,
trabajar, resistir el frío, practicar deportes.
Los vegetales que más
aportan PROTEINAS son las habas, porotos, lentejas, arvejas, etc. La proteínas
son necesarias para el desarrollo del cuerpo.
Las verduras aportan
VITAMINAS y MINERALES que sirven para el buen funcionamiento de las glándulas y
órganos, para la cicatrización de las heridas y para defendernos de las
enfermedades. Permiten mantener en buenas condiciones nuestros sistemas de
equilibrio y regular el aprovechamiento de la energía y proteínas que aporta
el resto de los alimentos.
Las LEGUMBRES (garbanzos,
porotos, arvejas) contienen proteínas, hierro, fósforo y vitaminas del grupo
B, que sirven para el mejor rendimiento de las actividades de la inteligencia.
Plan de trabajo (Primavera)
El punto de referencia
para empezar a organizarnos, es el momento en que se terminan las heladas y el
suelo empieza a templarse, cuando está por comenzar la Primavera. En ese
momento, la temperatura ambiente anda por los 18 ºC.
Los pasos a
seguir son
Marcar el terrenoUn tiempo antes de que finalicen las heladas, tendremos que ir preparando el terreno de la siguiente manera:- Sacar vidrios, cascotes, plásticos, etc. - Los yuyos de una primera carpida se amontonan a un costado. - Para saber dónde puntear, nos fabricamos la vara de 1,40 m de largo. Con esta vara y un hilo, marcaremos todo el terreno que queramos sembrar. - Para que no entren animales, cercaremos todo el terreno con alambre liso, de púas o hilo plástico, sosteniéndose con estacas, o bien con los materiales que encontremos (ramas, bolsas, varillas, tablas de cajón, chapas, etc. )
- Cuadricular
el terreno, como muestra el dibujo, en las esquinas de los cuadrados sembraremos
maíz.
Siembra de primavera
Cuando
comienza el tiempo templado, con una temperatura ambiente de alrededor de 18 ºC.
(esto se da los primeros días de octubre en la Pampa Húmeda), estarán dadas
las condiciones para sembrar. Lo haremos de la siguiente forma:
Aporcar
Cosecha de veranoChoclo: cosechar cuando las barbas estén oscuras. Espiamos entre las chalas y vemos si los granos están grandes y tienos Chauchas: cosecharlas mientras estén bien tiernas Zapallo: cosechar cuando el cabo esté seco Preparar la tierra
- Se puntea
la tierra, siguiendo la línea de esos mismos tocones, haciendo franjas de 30 a
40 cm de ancho.
- Entre esas franjas, se mantendrá la distancia de 1 ,40 m. que teníamos entre
maíces.
Siembra de otoño
Cuando las
habas tienen de 30 a 40 cm. de altura, conviene despuntarlas para darles más
fuerza a las plantas y así permitir que desarrollen nuevos tallos.
Cosecha de invierno
En octubre,
podemos sembrar el maíz nuevamente, mientras estamos cosechando las habas. Esta
manera de asociar los cultivos se llama " de relevo": coincide el
final de un cultivo con el nacimiento del siguiente. La nueva siembra se hace
entre líneas. El maíz no vuelve a estar en la misma línea que el año
anterior.
Las habas se
pueden cosechar con el grano verde (para consumir en guiso o ensalada), o con
el grano seco (para consumir como harina o como porotos). También se pueden
dejar secar para semilla.
3. La Huerta Orgánica Intensiva¿Qué es la huerta orgánica intensiva?
Es una forma natural y económica de producir alimentos
sanos durante todo el año.
Natural: porque imita los procesos que se dan en la
naturaleza, respetando sus leyes y toda la vida que ella produce. Busca
incrementar la fertilidad natural del suelo, manteniendo el equilibrio entre los
elementos vivos y muertos, en transformación y en descomposición.
Económica: porque apunta hacia la autosuficiencia,
valorizando el uso de los elementos disponibles localmente y produciendo los
insumos necesarios dentro de la propia huerta. Produce alimentos sanos: libres
de productos tóxicos que pondrían en riesgo nuestra salud.
Durante todo el año: porque, bien planificada,
asegura el abastecimiento de una gran variedad de hortalizas para toda la
familia.
¿Qué necesita la huerta orgánica intensiva para producir todo el año?- Una correcta asociación de plantas- Abonos orgánicos - Una rotación adecuada ¿Qué nos aporta la huerta orgánica intensiva?
La huerta orgánica produce una gran variedad de verduras
que brindan vitaminas y minerales, con lo que se asegura una alimentación
equilibrada. Con ella se complementa la producción de la chacra que, como ya
vimos, aporta energía y proteínas.
¿Qué nos aportan las hortalizas?- Proveen minerales como el hierro, fósforo, calcio, magnesio.- Son ricas en vitaminas A, B y C. - Aportan fibra a la alimentación, lo que favorece la digestión. - Hay algunas que, además, proveen proteínas. Diseño de la Huerta
Al hacer una huerta debemos tener en cuenta que:
- Es aconsejable ubicarla hacia al norte para tener buena exposición al sol.- Debe estar cerca de una bomba u otra fuente de agua. - Debe estar lejos de paredones o árboles que le hagan demasiada sombra. - Es necesario un cerco para impedir la entrada de animales. - Cuatro o cinco tablones o canteros, alcanza para el consumo de una familia. - Un buen ancho para los tablones es 1 ,20 m. porque permite trabajar cómodamente desde los dos lados.
Además, debemos asegurarnos de que contamos con el agua
suficiente para regar los tablones que preparamos.
Marcar los tablones y el cerco1. Los tablones
Una vez que el terreno esté limpio de yuyos, cascotes y
vidrios, marcamos los tablones o canteros con estacas e hilos.
Para caminar sin problemas conviene dejar senderos de 30 O
40 cm. de ancho entre canteros.
2. El cerco
Hemos dicho que el cerco cumple múltiples funciones,
porque aprovecharemos su estructura para hacer siembras. Estas aumentarán la
producción y crearán un clima particular de protección.
Ubicados en dos o tres lados del cerco, preparamos canteros
de 0.50 m. de ancho. Como ejemplo: un lado puede ir con habas o arvejas en
invierno y maíz y poroto en verano. Otro lado, con poroto japonés en verano y
verduras bajas en invierno. El tercer lado, con esponja vegetal o chu-chu (Papa
de aire) en verano y habas en invierno.
Además, podemos alternar con plantas aromáticas y flores
que no sólo alegrarán nuestra vista, sino que protegerán la huerta de
insectos dañinos.
Trabajo de la tierra en el tablón1. Limpiar
Primero limpiamos los yuyos y la gramilla con azada y los
llevamos a la abonera.
2. Puntear
Proponemos no dar vuelta la tierra ya que la mejor, por
poca que sea, es la más superficial.
Procederemos de la siguiente forma:
1. Hacer una zanja de 30 cm de ancho y 30 cm de profundidad2. La tierra de la zanja se deja en la cabecera 3. Hacemos cones de 5 cm aproximadamente de panes enteros de tierra; sin modificar la posición que tenían, los colocamos en la zanja anterior. De esta forma trabajamos todo el tablón. La última zanja se rellena con la tierra que sacamos de la primera. Desmenuzar los terrones grandes de tierra con la azada; aquellos que no podamos desmenuzar, los dejamos al costado del tablón. 4. Luego rastrillamos para dejar la superficie pareja Con los tablones así preparados ya podemos sembrar. Cómo sembramos
Las semillas grandes, fáciles de manejar y fuertes para
germinar, se siembran directamente en el lugar donde crecerán.
Es el caso del zapallo, zapallito, melón, maíz, poroto,
acelga, espinaca y remolacha.
También algunas semillas pequeñas como la zanahoria,
perejil, rabanito, escarola y lechuga, pueden sembrarse directamente.
La mayoría de las semillas chicas, que son más delicadas,
deben tener cuidados especiales hasta colocarlas en el lugar definitivo: se
siembran en almácigos.
Así ocurre con el tomate, pimiento, cebolla, repollo,
coliflor, apio, lechuga, puerro y berenjena.
Los almácigos pueden hacerse con cajones de madera. Se
coloca en ellos tierra gorda, bien refinada y se ubican sobre ladrillos en un
lugar abrigado y con luz.
De esta manera podremos ir cuidando las plantitas a medida
que crecen, sin que les falte agua y protegiéndolas del frío o del calor
excesivo.
Cuando las plantas tengan 3 ó 4 hojas o el tallito alcance
el grosor de un lápiz, estarán listas para ser trasplantadas al lugar
definitivo de cultivo.
Propuesta de asociación de verdurasSembramos asociando los cultivos:- Porque aprovechamos mejor el espacio asociando plantas de crecimiento vertical (puerro), con otras de crecimiento horizontal (lechuga), o asociando aquellas de crecimiento rápido (rabanito, lechuga), con especies de crecimiento lento (zanahoria, repollo). - Porque al utilizar intensivamente el suelo, éste se va cubriendo más y, en consecuencia, las malezas tienen menos espacio para crecer. - Porque las plantas asociadas no compiten por nutrientes y extraen de distintos lugares: las verduras de hoja, cuyas raíces son más superficiales, extraen fundamentalmente nitrógeno; las de raíz más profundas, toman sobre todo, potasio. - Las asociaciones tienen efectos protectores frente a plagas, pues algunas plantas repelen insectos; otras hospedan insectos benéficos. Ejemplos de asociación son: puerro o cebolla con zanahoria; albahaca con tomate y remolacha con repollo. Siembra asociada de primavera-verano
Podemos hacer dos tablones y los utilizaremos de la
siguiente forma:
1. Uno para verduras diversas2. Uno para tomates 1. En el tablón destinado a las verduras, podemos asociar verduras de raíz (rabanitos, zanahoria, remolacha), con verduras de hoja (lechuga, acelga, repollo, etc.), de la siguiente forma: tres líneas de raíces (a 0.50 m de distancia) y entre ellas, podemos sembrar lechuga, repollo o espinaca y en la cabecera del tablón, dos líneas de perejil. 2. En el tablón para tomates, podemos intercalar plantas de albahaca entre las líneas; ésta es un aliado natural del tomate que ayuda a contrarrestar el ataque de insectos.
Siembra asociada de otoño-invierno
En invierno, la mitad de los canteros o tablones los
destinaremos a recuperar la fertilidad. Para eso sembraremos dos líneas de
habas entre las cuales haremos una zanja de poca profundidad para amontonar
yuyos y restos vegetales como aporte de materia orgánica al suelo.
En el resto de los tablones se pueden asociar puerros,
repollos, brócolis, coliflores y lechugas.
¿Cómo distribuir estas especies para que se asocien lo mejor posible y aprovechen mejor el espacio y el tiempo?
Podemos hacer puerros o cebollas en la parte central del
tablón, pues son cultivos de larga duración (6 meses los puerros y 8 meses las
cebollas). A los costados, podemos alternar repollos, a una distancia de 0.60 m.
entre cada uno.
Mientras crecen los repollos, aprovechamos para trasplantar
lechugas entre medio de ellos (estarán listas para ser cosechadas a los dos
meses del trasplante). Gráficamente, el corte de un tablón o cantero podría
verse como se muestra en el dibujo.
4. La tierra orgánica
En la agricultura orgánica la tierra es el elemento
básico para que las plantas tengan: buen crecimiento, resistencia a las
enfermedades y plagas, buena calidad como alimentos.
La tierra es algo vivo, en ella habitan millones de
organismos y microorganismos que trabajan continuamente, ayudando a producir los
nutrientes que sirven de alimento a las plantas. Por esto la llamamos TIERRA
ORGANICA.
¿Cómo se compone la tierra orgánica?
La tierra orgánica o humus es la unión de: una parte
mineral, inerte. Son los restos de rocas que se han ido desintegrando hasta
formar partículas de arcilla, limos y arenas y la materia orgánica: son los
restos de animales y vegetales (pastos, ramas, huesos, etc.) que son
transformados en humus gracias a la acción de los organismos y microorganismos
(bacterias, hongos, etc.) que viven en el suelo.
La lombriz es un gran auxiliar en este proceso pues, al
cavar galerías airea la tierra y, al ingerirla constantemente, su organismo la
va convirtiendo en un fertilizante natural.
En la naturaleza los procesos de formación del humus
tienen una dinámica continua, es un ciclo que no se detiene. El mejor ejemplo
para entenderlo es lo que ocurre en el bosque. Las hojas de los árboles, sus
ramas, los animales que mueren o sus desechos, van depositándose sobre el suelo.
El sol y la lluvia también intervienen en este proceso que
hace que la materia orgánica se vaya convirtiendo en alimento asimilable por
las plantas. Es el alimento que el bosque se fabrica para sí, en un equilibrio
que evita que los árboles mueran y el lugar se convierta en un desierto. Todos
los organismos que intervienen en este ciclo viven en la capa superficial de la
tierra porque necesitan oxígeno y humedad.
¿Por qué se agotan los suelos?
El desgaste del suelo puede producirse por distintos
motivos:
Para evitar estos problemas, mantendremos los tablones siempre sembrados o
bien los protegeremos con mantillo, que amortiguará los golpes del agua y
evitará la erosión por el viento o el resecamiento por el sol.
¿Cómo cuidar la tierra?
Conociendo qué pasa en el suelo, advertiremos que, si
queremos obtener cosechas sanas y abundantes durante todo el año, vamos a tener
que "proteger" y "alimentar" nuestra tierra. En los primeros
centímetros es donde está la tierra fértil y los seres vivos (que
"fabrican" permanentemente alimento para las plantas). Esta es la
razón por la cual no vamos a dar vuelta el pan de tierra al preparar los
tablones, sino que sólo la removeremos con la horquilla. Con trabajo podremos
transformar una tierra mala en tierra orgánica, apta para verduras. La
fertilidad puede asegurarse por dos caminos: Las Rotaciones (con plantas
reponedoras de fertilidad) y Los Abonos: de superficie, verdes y compuestos.
Las rotaciones. No todas las plantas se comportan igual con la tierra.
Distintas especies tienen "preferencias" para extraer algún nutriente
en particular. Algunas, incluso, pueden mejorar la fertilidad de la tierra.
Sabiendo aprovechar estas diferencias, podremos beneficiar nuestra huerta. Este
es el principio básico de lo que llamamos "rotación". Con una
adecuada rotación de plantas no sólo conservamos la fertilidad, sino que
también, al cambiar de tablón año tras año, prevenimos el ataque de plagas y
enfermedades.
Si nos interesa conservar y aumentar la calidad de nuestra tierra, podemos
armar una rotación en la que se sucedan los siguientes grupos de hortalizas:
"Reponedoras"Las llamamos así porque son plantas que enriquecen la tierra, aportándole fertilidad. Las sembramos al principio, así van mejorando la tierra para sembrar, más adelante, verduras (que son cultivos más delicados). Son las leguminosas: poroto, habas, soja."Consumidoras rústicas"Las llamamos así porque pueden crecer bien en tierras donde la materia orgánica no alcanzó su total descomposición (materia orgánica en bruto). Entre ellas están los repollos, tomates, acelgas y zapallos."Consumidoras finas"Estas necesitan que la materia orgánica esté bien descompuesta, que la tierra esté fina y desmenuzada. Por esta razón no es aconsejable sembrarlas en tierras malas o en suelos que nunca han sido cultivados. Recién podremos hacerlas cuando hayamos mejorado la tierra y ésta se encuentre en condiciones adecuadas. En este grupo están las lechugas, las zanahorias, las espinacas.
También podemos hacer rotaciones beneficiosas tomando como regla que en los
tablones se sucedan: hortalizas de raíz (zanahorias, remolachas, etc. )
hortalizas de hoja (lechugas, acelgas, espinacas, etc.) hortalizas de fruto
(tomates, pimientos, berenjenas, zapallos, etc.)
Esto nos permitirá que las plantas que se suceden aprovechen mejor todas las
capas de la tierra y los nutrientes que ésta posee (por ej. las hortalizas de
raíz son más consumidoras de potasio, mientras que las de hoja lo son del
nitrógeno). Conocer esto nos permitirá hacer las siembras asociadas (más de
una especie por tablón), al sembrar variedades que no compitan por los mismos
nutrientes y así aprovechar al máximo nuestro terreno.
Finalmente, si queremos evitar que las plagas y enfermedades se propaguen en
los tablones, debemos tener cuidado de no suceder cultivos que estén
emparentados por la naturaleza. No suceder entre sí: Espinaca, remolacha,
acelga Tomate, pimiento, berenjena, papa Lechuga, achicoria, escarola
Algunas recomendaciones:
En la chacra de Primavera, donde teníamos maíz, zapallo y poroto,
sembraremos, en el invierno, habas.
Recordemos que, a la primavera siguiente, el maíz debe cambiar de lugar, no
puede estar dos años sembrado en el mismo sitio.
Con el fin de alimentar la tierra, en invierno, también haremos habas en la
huerta. Así, tendremos un tablón mejorado para sembrar tomates en la
primavera. Al invierno siguiente podemos poner verduras y al próximo verano
también verduras.
5. Abono orgánico
Como vimos anteriormente, una forma de mantener la
fertilidad de la tierra es incorporándole abonos. Estos, sumados a una adecuada
rotación y asociación de plantas, nos aseguran una producción continua, es
decir, la posibilidad de sembrar todo el año.
Hay distintos tipos de abonos orgánicos: COMPUESTOS,
VERDES y de SUPERFICIE.
¿Qué es el abono compuesto?
Lo llamamos COMPUESTO porque se logra con la mezcla de
restos orgánicos (residuos de cocina, yuyos, paja, estiércoles, ceniza) y
tierra. Es un abono que podemos obtener en forma casera.
En pocos meses se convertirá en un abono "rico"
con el cual las plantas se alimentarán.
Qué sirve y qué no para preparar el 'compuesto":SIcáscaras de frutasNO vidrios ¿Qué es el abono verde?
Quienes dispongan de mayores superficies, pueden aprovechar
una parcela para hacer siembras que sirvan para enriquecer la tierra. Estas
siembras no se utilizan para el consumo, sino que se usan exclusivamente para
incorporarlas a la tierra como fertilizante, por eso se las denomina abono
"verde".
Las plantas que utilizamos como abono verde, se deben picar
y enterrar a poca profundidad, un tiempo antes de que florezcan. Una vez
incorporadas a la tierra, aumentarán rápidamente su contenido en materia
orgánica. Este tipo de abono es muy útil para las tierras malas o
empobrecidas, éstas se vuelven más fáciles de trabajar.
En el VERANO podremos sembrar: leguminosas (soja, poroto) y
gramíneas (maíz, sorgo).
En el INVIERNO leguminosas (haba, arvejas, vicia,
tréboles) y cereales (trigo, avena, centeno, cebada).
En el caso de las huertas escolares se podrían hacer
abonos verdes en los períodos de vacaciones para mejorar la tierra, ya que en
esos momentos la huerta no está en producción.
¿Qué es el abono de superficie?
Es el aporte de materia orgánica colocada directamente
sobre la superficie que se quiere fertilizar.
Pueden usarse materiales vegetales, como pasto restos de
cosecha, paja, material semidescompuesto, etc., que además, funciona como
"mantillo", evitando la evaporación y protegiendo la estructura del
suelo del impacto de las gotas de agua.
También impide el crecimiento de yuyos. De esta manera, se
harán menos necesarias las carpidas para desmalezar.
Preparación del Abono Compuesto
Son varios los métodos para preparar el abono compuesto.
Lo ideal es apilar distintos materiales en capas, intercalando restos de
vegetales verdes, restos de cocina, paja, estiércol, tierra y así
sucesivamente. Hay que regar la pila para asegurar una buena cantidad de humedad
y protegerla con algún material (plástico o chapa), para evitar que las
lluvias perjudiquen la "fermentación" del preparado
IMPORTANTE:
Si no aparecieran lombrices en la abonera, conviene agregar algunas. Existe una lombríz pequeña, de color rojo vivo, que se encuentra en las bostas maduras, que acelera el proceso de transformación. Algunas variantes para hacer el abono compuestoEn Pozo
Una forma muy utilizada consiste en acumular los desechos
en pozos o zanjas. Este sistema es apto para zonas secas. En cambio, en zonas
húmedas, es recomendable solamente en verano, ya que en invierno, el exceso de
humedad "pudre" el preparado.
En Tacho
Necesitamos un tacho de 200 Its., sin tapa ni fondo con
agujeros en toda la superficie. Para mayor comodidad, podemos asentarlos sobre
ladrillos, dejando un espacio (que taparemos con una madera), por donde
extraeremos el compuesto más adelante. Vamos tirando en él, todos los días,
los restos de cocina (yerba, cáscaras), hojas, pastos,yuyos con raíces, etc..
Cada tanto, agregamos una capa de tierra y removemos con la horquilla para
airearlo. Tapamos el tacho para que no junte agua de lluvia.
Abonera de acumulación de 1 metro cúbico (útil para los desechos más grandes)
Necesitamos construir una superficie de corralito (ver
ficha técnica), dónde depositaremos pastos secos y verdes, restos de podas
(menos ramas gruesas u hojas duras como la del gomero), estiércoles, etc. Como
el anterior, conviene cubrirlo con una chapa o plástico para evitar que las
lluvias lo encharquen.
Al cabo de un par de meses, se saca el contenedor de
alambre y se deja la pila de materia orgánica.
A unos tres metros se vuelve a armar el corralito para
comenzar una nueva abonera.
¿Cuándo estará listo para usar?
En verano, el abono estará listo para ser usado al cabo de
dos meses. En invierno, en cambio, demorará unos meses más (cinco o seis).
Podemos ir revisándolo.
El abono orgánico estará "maduro" cuando ya no
nos sea posible distinguir los residuos que le habíamos incorporado, es decir,
cuando esté lo suficientemente desintegrado y tenga un aspecto de tierra negra
y esponjosa.
Si lo olemos, tendrá buen olor, a tierra fértil.
Separación del abono
Se separa el abono con una horquilla o con una zaranda de 1
cm. de malla. Obtendremos así 3 tipos de materiales:
Además de asegurar la fertilidad de la tierra por medio de las rotaciones,
podemos aportarle una fertilidad adicional con la incorporación de Abonos
Compuestos.
Antes de la siembra de verduras trabajaremos el tablón con la horquilla
(superficialmente) y le incorporaremos aproximadamente una carretilla de abono
cada 4 ó 5 m2 de tierra.
Luego rastrillamos para permitir que el abono se incorpore.
La tierra no descansa nunca, permitiendo una
producción continua. Es por esto que hablamos de "huerta intensiva".
6. Planificación del trabajo y de la siembraPlanificación de los trabajos de la huerta
Una vez que hemos abordado el tema de la fertilidad de la
tierra y comprendido los complejos procesos que la sostienen, estamos en
condiciones de organizar nuestro propio calendario de tareas.
¿En qué consiste La planificación?
Planificar es organizar nuestras actividades en función de
qué, cuándo y cuánto vamos a sembrar. De esta manera prevemos qué recursos
serán necesarios (tierra, herramientas, semillas, agua para riego) y cuáles
tenemos disponibles.
¿Por qué Planificamos?
La Siembra
La Siembra será para nosotros el eje organizador del resto
de las actividades en la huerta, porque así resultará más sencillo determinar
los "otros momentos" de intervención: el Antes y el Después.
Trabajos Previos a la Siembra
Unos meses antes, preparamos la tierra de los tablones de
la huerta como vimos anteriormente. Debemos tener en cuenta que, unos días
antes de sembrar, conviene remover la tierra con la horquilla y nivelarla con el
rastrillo. Cubrir con mantillo y dejar regado.
El día de la siembra (o transplante), al retirar el
mantillo veremos que la tierra se conservó esponjosa y mullida. Para mejorarla
aún más, colocamos una buena cantidad de abono compuesto. La preparación del
abono compuesto es una tarea continua, debemos tener en cuenta que tarda un
tiempo en hacerse.
Por eso:
¿Qué, cuándo y cuánto sembrar?
Para saberlo, debemos buscar en el calendario de siembras
qué plantas pueden crecer en la temporada. Nuestro calendario está dividido en
siembras de primavera-verano y siembras de otoño-invierno. Debemos aprovechar
el momento adecuado para las siembras, ya que sembrar a destiempo dificulta el
buen desarrollo de las plantas.
Debemos calcular cuánto vamos a sembrar de cada especie.
Esto depende del lugar que tengamos, del número de miembros de la familia, de
la cantidad de agua disponible, etc. De esta manera, evitamos producir más de
lo necesario y además, logramos tener una huerta con una amplia variedad de
cultivos.
La propia experiencia nos irá indicando la cantidad más
conveniente para sembrar (a modo de guía, el calendario nos dice la cantidad
aconsejable para una familia de 4 ó 5 personas).
¿Cómo sembrar?
Una vez seleccionadas las posibles siembras, separaremos
las que deben sembrarse en almácigo de las que pueden ir directamente en el
tablón. En el momento del transplante, podemos aprovechar para hacer líneas de
siembra directa entre las cuales intercalaremos los plantines.
Siembra Directa
Se hace directamente sobre el tablón. Así se siembran:
acelga, rabanito, poroto, maíz, zapallo, perejil, arvejas, habas, remolachas,
zanahorias.
Al momento de la siembra se corre el mantillo, se marca el surco y se riega. Se agrega abono compuesto y se siembra (la profundidad depende del tamaño de la semilla).
Tapamos la semilla con abono y apisonamos suavemente.
Cubrimos con mantillo y regamos con lluvia fina.
Siembra en almácigo
Es una forma de adelantar tiempo, de asegurar mayores
cuidados a las plantas y así tener mayor seguridad de que éstas crecerán sin
problemas. Se siembran en almácigo: lechuga, repollo, coliflor, puerro,
cebolla, brócoli, tomate (tienen semillas chicas). También pueden sembrarse
así la acelga y la remolacha (tienen semillas más grandes).
Preparación del Almácigo:
Para preparar un almácigo pueden usarse: cajones de
madera, latas grandes (como las de dulce), macetas.
En el fondo podemos colocar una capa de paja que
conservará la humedad, luego una capa de tierra (la mejor que consigamos) y, en
la superficie, una capa de tierra fina mezclada con abono compuesto bien fino
(esta mezcla puede pasarse con un tamiz de 1 cm. de malla).
Para sembrar, marcamos surcos paralelos a 10 cm. con una
tablita, colocamos las semillas con la mano, cubrimos con la tierra preparada y
regamos con lluvia fina.
Algunas hortalizas como zapallo, zapallito, melón, pepino,
sandía, las podemos sembrar en vasitos de yogur. Con este método aseguramos
que las raíces no sufran con el transplante ya que solamente tenemos que
invertir el vasito manteniendo el plantín entre los dedos y retirar el vaso con
cuidado.
Lo usamos cuando queremos obtener cosechas más tempranas o
cuando es un poco tarde para hacer la siembra directa. Al llevar a la tierra una
planta ya crecida (y seleccionada), tenemos mayores posibilidades de obtener
buenas cosechas.
Cuidados del Almácigo
Una de las ventajas de hacer siembras en almácigos es que
pueden protegerse mejor del frío o calor excesivos (podemos trasladarlos o
cubrirlos) y pueden recibir un riego más cuidadoso.
En verano, para protegerlos del sol de mediodía, podemos
construirles un techito de cañas o paja para que los plantines reciban media
sombra.
Conviene que los riegos se hagan por la mañana temprano o
por la tarde, cuando ya bajo el sol, evitando encharcar la tierra.
En invierno los protegeremos de las heladas con un
plástico, sostenido por estacas, o con vidrios, que descorreremos un rato
durante el día para que la almaciguera se ventile y no se formen hongos en su
interior.
Transplante
El transplante se hace cuando las plantas tienen tres o
cuatro hojas, en el caso de lechugas, repollos, acelgas, coliflores, etc, y
cuando el tallo llega al grosor de un lápiz, en el caso de los tomates,
berenjenas, pimientos, cebollas y puerros.
Pasos a seguir
Profundidad del transplante:
En general se cubre con tierra a nivel del cuello de las
plantas. En el caso del tomate, también puede enterrarse parte del tallo, ya
que con el tiempo éste echa raíces.
7. Manejo orgánico de la huerta
Aquí veremos aquellos cuidados con los cuales
"ayudamos" a la huerta orgánica intensiva a mantener su equilibrio, a
producir más.
Al hablar de manejo "orgánico", no nos referimos
a la ejecución mecánica de ciertas labores sino a un trabajo organizado en el
que nuestra participación consistirá en "acompañar" a la
naturaleza. Esto requiere una visión global de la huerta, como un pequeño
ecosistema que se auto-sostiene.
Los cuidados deberán tener un carácter más preventivo
que curativo; de esta forma ahorramos recursos y esfuerzos. El trabajo debe ser
pensado para intervenir en el momento oportuno, usando herramientas apropiadas y
haciendo un uso eficiente de los recursos disponibles.
Por todo esto decimos que conocer y entender los procesos
que se dan en la naturaleza, nos permiten manejar la huerta en forma orgánica.
Los principales cuidados son:
Lo importante es que cada una de estas tareas tiene
relación con las otras. No se trata de tomarlas aisladamente sino como un
conjunto de acciones que favorecen el funcionamiento de los procesos vitales de
la huerta.
Abonos
Forman parte de los trabajos periódicos de la huerta; su
preparación es un trabajo continuo, por esto siempre tendremos una abonera
iniciada para la temporada siguiente. El tema lo acabamos de ver en profundidad
en la sección de Abono Orgánico.
Riegos
En general, las lluvias no satisfacen las necesidades de
los cultivos, sobre todo en verano. Si el agua no es suficiente, las plantas no
se desarrollan normalmente, la producción es menor, las hojas se ponen duras y
puede ocurrir que las plantas semillan antes de tiempo. Un exceso de humedad, en
cambio, puede favorecer la aparición de enfermedades y los productos obtenidos
son de mala calidad, menos nutritivos y de mal gusto.
EN VERANO Debemos regar todos los días, a partir del
momento de la siembra o del transplante. Conviene hacerlo por la tarde pues
regar al mediodía, "quema" las plantas.
EN INVIERNO No hace falta regar tan seguido. Conviene
hacerlo al mediodía porque si no, las heladas pueden dañar las plantas.
¿Cómo regar?
Siempre preferimos una lluvia fina (sobre todo para los
almácigos y las plantas pequeñas).
Para el resto usamos la regadera o bien podemos fabricar un
sistema de riego por goteo, que permite una mejor absorción del agua e impide
la formación de costra.
EN EL CASO DE LOS TOMATES: Evitar mojar las hojas al regarlos ya que puede provocar un ataque de hongos. ¿Cuánto regar?
EN VERANO Podemos estimar que se necesitarán de 3 a 5
litros por m2 de tierra.
EN INVIERNO Las necesidades de agua son menores, ya que las
lluvias son más abundantes. Si en nuestra huerta utilizamos mantillo y riego
por goteo, las necesidades de agua se reducen casi a la mitad.
Labores culturales (protección con mantillo y carpidas, raleos, tutorados, desbrote)Protección con mantillo - Carpidas
Ambas labores están íntimamente ligadas. Como vimos, al
mantillo lo usamos para proteger el suelo del impacto de las gotas de agua (así
no se apelmaza), a la vez que conserva la humedad e impide que crezcan yuyos.
Como mantillo podemos usar pasto cortado, paja o la fracción mediana del abono
compuesto.
Este mantillo con el tiempo se incorpora a la tierra,
funcionando como abono natural.
El uso de mantillo reduce la necesidad de carpir para sacar
yuyos. Esta tarea sólo será necesaria de vez en cuando, si vemos que se forma
costra en la superficie o si salen yuyos.
Raleos
Consiste en dejarle a las plantas el lugar necesario para
que crezcan, eliminando algunas plantitas que han crecido muy juntas. Por
ejemplo en el caso de las zanahorias, que se siembran directamente, conviene
siempre entresacar algunas para que las que queden tengan lugar donde formar la
raíz.
Tutorado
Ciertas plantas necesitan, en algún momento de su
crecimiento, una guía o tutor en las cuales enramarse (por ejemplo los porotos,
las arvejas y las habas), o bien sostener el peso de los frutos (como en el caso
de los tomates).
Utilizaremos ramas largas o cañas, junto a las cuales
ataremos cuidadosamente las plantas, teniendo cuidado de no dañar los tallos.
Desbrote de los tomates
Consiste en eliminar algunos de los brotes que crecen en
las "axilas" de las plantas, vulgarmente llamados
"chupones", para fortalecer los que quedan
También es conveniente eliminar algunas de la hojas
inferiores de la planta, para que el sol caliente más la tierra que las cubre.
Control de plagas
En la huerta orgánica, lo esencial en el control de plagas
y enfermedades es la prevención.
Se trata de darles a las plantas las mejores condiciones
para fortalecer sus defensas y hacerlas más resistentes.
La aparición de una plaga responde a una situación de
desequilibrio, ya que en la naturaleza difícilmente ocurra un ataque de
parásitos, pues las poblaciones de animales se autocontrolan entre sí.
Una forma de prevención es cultivar en nuestra huerta
plantas aromáticas: salvia, romero, orégano, menta, ruda, albahaca, y flores
como caléndulas y copetes, en los bordes de los canteros.
Además, podemos dejar florecer algunas plantas de apio,
brócoli, hinojo, perejil, acelga, que atraen insectos benéficos para la
huerta. La ortiga también es una buena aliada, ya que actúa como otra planta
huésped de insectos, a la vez, con sus hojas se puede preparar una solución
que previene el ataque de insectos.
Existe una gran cantidad de insectos que ayudan a controlar
las plagas, algunos de ellos son microscópicos. Por esto es conveniente crear
en nuestra huerta las condiciones propicias para que éstos vivan y se
reproduzcan.
Plagas
Insectos benéficos
Acá van algunos preparados caseros para controlar insectos!Purín de ortigas:
Es básicamente preventivo del ataque de los insectos. Se deja macerar en un
recipiente no metálico 100 g. de ortigas en 10 litros de agua durante 2 días.
Se pulveriza.
Solución de tabaco:
Macerar 60 g de tabaco en 1 litro de agua, agregándole 10 g de jabón blanco.
Se pulveriza, diluyendo en 4 litros de agua. Controla cochinillas, pulgones y
gusanos.
Alcohol de ajo:
4 ó 5 dientes de ajo, medio litro de alcohol fino y medio litro de agua. Se
coloca en licuadora 3 minutos y luego se cuela. Se guarda en frasco tapado en la
heladera. Se utiliza ante el ataque de ácaros, pulgones y gusanos.
Solución de kerosene y jabón:
50 cc de kerosene, 25 g de jabón blanco y 1 litro de agua. Hervir el jabón en
agua hasta diluirlo. Mientras hierve, agregar el kerosene. Mezclar
enérgicamente hasta lograr una emulsión cremosa. Se usa contra pulgones y
gusanos.
Para evitar que los gusanos ataquen las verduras de hoja podemos rodearlas
con ceniza de madera.
Producción de semillas
Debemos elegir las mejores plantas, dejarlas
florecer y fructificar. Antes de que caiga la semilla, se arrancan las plantas y
se dejan al sol por varios días.
Luego se separan las semillas a mano y una vez limpias, se guardan en frascos
bien identificados, en un lugar seco.
Las especies de las que se pueden producir semillas fácilmente son: acelga
verde anual, arveja, berenjena, coles, escarola, espinaca, haba, hinojo, melón,
pepino, pimiento, perejil, radicheta, sandía, tomate, zapallito y zapallo.
Las semillas de melón, sandía y zapallo, se sacan al consumir los frutos. En
cambio, para obtener semillas de arvejas, habas, zapallitos y tomates, se deben
dejar madurar los frutos en la planta.
8- Calendario de Siembra Hortícola para el Sudeste de la Provincia de Buenos Aires
(2) para curar el suelo de los almácigos, pasar con una regadera agua hirviendo, dejar unas horas y sembrar. 9. Bibliografía
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sábado, 4 de mayo de 2013
Todo lo necesario para auto-abastecerse de hortalizas
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