En
realidad no hay señales en el camino, porque no hay un camino fijo. Y
todo el mundo va por un camino diferente, no estamos en una sola
carretera. Incluso si estás siguiendo la misma técnica de meditación no
estás en el mismo camino; no puedes estarlo. No existe un camino
público. Cada camino es individual y personal: por eso ninguna
experiencia en el camino te ayudará; en vez de eso, te podrían hacer
daño.
Alguien podría estar viendo algo en su camino. Si te
dice que ese es un signo de progreso, puede que tú no te encuentres con
el mismo símbolo en tu camino. Puede que en tu camino no estén los
mismos árboles, puede que en tu camino no estén las mismas piedras. Por
eso no seas una víctima de todas estas tonterías.
Sólo tienen importancia algunas sensaciones
internas. Por ejemplo, si estás progresando, entonces algunas cosas
empezarán a suceder espontáneamente. Primero: cada vez te sentirás más
contento.
En realidad, cuando se ha cumplido el objeto de la
meditación, uno está tan contento que se olvida de meditar; porque la
meditación es un esfuerzo, un descontento. Si un día te olvidas de
meditar y no sientes ninguna adicción, no sientes ningún vacío, estás
tan lleno como siempre, deberás saber que es una buena señal. Habrá
muchos que meditarán, y que si no meditan les sucede un extraño
fenómeno. Si lo hacen, no sienten nada. Si no lo hacen, entonces sienten
el vacío. Si lo hacen no les ocurre nada. Si no lo hacen, sienten que
les falta algo.
Esto es sólo un hábito. Como fumar, como beber, como
cualquier cosa, es sólo un hábito. No hagas de la meditación un hábito.
¡Deja que esté viva! Entonces el descontento irá desapareciendo poco a
poco; sentirás contentamiento. Y no sólo mientras estás meditando. Si
algo sucede sólo cuando estás meditando es falso, es una hipnosis. Te
hace bien, pero no va a ser muy profundo. Es bueno sólo por comparación.
Si no sucede nada, ni meditación, ni algún momento de éxtasis, no te
preocupes. Si está sucediendo algo, no te aferres. Si la
meditación va correctamente, en profundidad, te
sentirás transformado a lo largo de todo el día. Y un contentamiento
sutil estará presente en todo momento. Sentirás en tu interior un centro
sereno: contentamiento.
Por supuesto, habrá resultados. La rabia será cada vez menos habitual. Irá desapareciendo. ¿Por qué?
Porque
la rabia muestra una mente no meditativa; una mente que no está a gusto
consigo misma. Por eso te enfadas con los demás: básicamente, estás
enfadado contigo mismo. Porque estás enfadado contigo mismo, sigues
enfadándote con los demás.
¿Has observado que sólo te enfadas con aquellas
personas que te son muy próximas? Cuanto más intimidad, más rabia. ¿Por
qué? Cuanto más grande sea la distancia entre tú y la otra persona,
menos rabia habrá. No te enfadas con un extraño. Te enfadas con tu
mujer, con tu marido, con tu hijo, con tu hija, con tu madre. ¿Por qué?
¿Por qué te enfadas más con las personas con las que tienes mayor
intimidad? La razón es
esta: estás enfadado contigo mismo. Cuanto más
intimidad tiene una persona contigo, más identificado está contigo.
Estás enfadado contigo mismo, por eso siempre que tienes a alguien cerca
puedes echarle tu rabia encima. Se ha vuelto parte de ti.
Con la meditación estarás cada vez más feliz contigo mismo; recuerda, contigo mismo.
Es
un milagro cuando alguien está más feliz con uno mismo. Nosotros, o
estamos felices con alguien o enfadados con alguien. Cuando uno va
sintiéndose más feliz con uno mismo, esto es realmente enamorarse de uno
mismo. Y cuando estás enamorado de ti mismo, es difícil enfadarse. Todo
el asunto te parece ridículo.
Habrá cada vez menos rabia, cada vez más amor y más compasión. Estos serán los signos, los signos generales.
Por
eso no te creas que has conseguido algo si empiezas a ver luces o si
estás viendo bonitos colores. Están bien, pero no te des por satisfecho a
menos que haya cambios psicológicos reales: menos rabia, más amor;
menos crueldad, más compasión. A menos que suceda esto, el que estés
viendo luces y colores, y escuchandosonidos, es un juego de niños. Son
hermosos, muy hermosos; está bien jugar con ellos, pero no son el objeto
de la meditación. Suceden en el camino, son sólo la consecuencia, pero
no les des importancia.,
Mucha gente viene a mí y me dice: «Ahora estoy
viendo una luz azul, ¿qué quiere decir este signo? ¿Cuánto he
progresado?» Una luz azul no servirá porque tu rabia está emitiendo una
luz roja. Tienen importancia los cambios psicológicos básicos, por eso
no vayas detrás de los juguetes. Esos son juguetes, juguetes
espirituales. Son objetos, no fines en sí mismos.
En una relación, observa lo que está sucediendo.
¿Cómo te estás comportando ahora con tu esposa? Fíjate. ¿Se ha producido
algún cambio? Ese cambio es significativo. ¿Cómo te estás comportando
con tu criado? ¿Se ha producido algún cambio? Ese cambio es
significativo. Y si no hay ningún cambio, entonces tira tu luz azul; no
te sirve para nada. Te estás engañando y te puedes seguir engañando.
Estos son trucos fáciles de conseguir.
Por esto el hombre presuntamente religioso comienza a
sentirse religioso: porque ahora está viendo esto y aquello. Pero sigue
siendo el mismo; ¡incluso empeora! Tus progresos se deben observar en
tus relaciones.
Las relaciones son el espejo: mira tu rostro en
ellas. Recuerda siempre que las relaciones son el espejo. Si tu
meditación va profundizando, tus relaciones cambiarán; ¡cambiarán
completamente! El amor será la nota básica de tus relaciones, no la
violencia. En la actualidad, la violencia es la nota básica. Incluso
cuando miras a alguien, le miras de un modo violento. Pero estás
acostumbrado.
La meditación para mí no es un juego de niños, es
una profunda transformación. ¿Cómo darse cuenta de esta transformación?
Está siendo reflejada constantemente en tus relaciones. ¿Intentas poseer
a alguien?
Entonces eres violento. ¿Cómo puede uno poseer a
alguien? ¿Estás tratando de dominar a alguien? Entonces eres violento.
¿Cómo puede uno dominar a alguien? El amor no puede dominar, el amor no
puede poseer.
Por eso, en todo lo que estés haciendo sé
consciente, obsérvalo y sigue meditando. Pronto empezarás a sentir el
cambio. De pronto dejas de ser posesivo en las relaciones. Poco a poco,
el ansia de poseer desaparece y cuando ha desaparecido la relación tiene
una belleza en sí misma. Cuando está presente eres posesivo, todo se
vuelve sucio, horrible, inhumano. Pero somos tan embusteros que no nos
miramos a nosotros mismos en nuestras relaciones, porque ahí se puede
ver nuestra cara real. Por eso cerramos los ojos a nuestras relaciones y
seguimos pensando que vamos a ver algo dentro.
Dentro no puedes ver nada. Primero sentirás tu
transformación interna en tus relaciones externas y luego irás más
profundo. Sólo entonces empezarás a sentir algo en tu interior. Por eso,
prueba, penetra en tus relaciones y mira allí si tu meditación está
progresando o no.
Si sientes un amor creciente, un amor incondicional,
si sientes compasión sin motivo, si sientes una preocupación por el
bienestar de los demás, por la abundancia, tu meditación está creciendo.
Entonces olvídate de todo lo demás. Con esta observación observarás
muchas cosas en ti mismo. Serás más silencioso, menos ruidoso en tu
interior. Cuando haga falta hablarás, cuando no haya necesidad estarás
en silencio. En este momento no puedes estar en silencio en tu interior.
Te sentirás más a gusto, relajado. Cualquier cosa que hagas será un
esfuerzo relajado; no habrá tensión. Serás cada vez menos ambicioso. Por
último, la ambición desaparecerá. Hasta la ambición de alcanzar moksha*
desaparecerá. Cuando sientes que incluso el deseo
de alcanzar moksha ha desaparecido, has alcanzado moksha. Ahora eres
libre, porque el deseo es la esclavitud.
Incluso el deseo de liberación es esclavitud. Incluso el deseo de no tener deseos es esclavitud.
Siempre que el deseo desaparece por algo, entras en
lo desconocido. La meditación ha alcanzado su meta. entonces el
samsara** es moksha: este mundo en sí mismo ya es liberación. Entonces
esta orilla es la otra orilla.
Que hermosas palabras, ya no recordaba que debemos estimar a los demás en nuestras relaciones; debemos pensar en como afecta nuestra experiencia la de los demás y me gusto mucho que escribiera que mirándonos en las relaciones podemos realmente vernos por ende conocernos, a mi me cuesta trabajo pero meditaré en ello para darme cuenta. Saludos.
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