Para mejorar nuestro sistema
productivo podemos recurrir a una técnica aun menos difundida pero muy
eficaz: La elaboración de purines. Recordemos que la huerta ecológica u
orgánica es un ecosistema y no solamente un yacimiento de verduras.
Con el aporte de los purines aumentamos considerablemente y mantendremos la vitalidad de nuestro ecosistema procuctivo.
¿Qué son?
Los purines son fermentos preparados a partir de hierbas, restos vegetales o estiércoles.
¿Cómo actúan?
Según los ingredientes, los purines
tienen diversas aplicaciones. Básicamente aportan encimas, aminoácidos y
otras sustancias al suelo y a las plantas, aumentando la diversidad y
disponibilidad de nutrientes para las mismas.
Pero mucho más importante que esto es el
aporte de microorganismos: Mediante la preparación de purines logramos
desarrollar “cultivos” de microorganismos, en especial de bacterias.
Cada purín es un cultivo específico donde se reproducen rápidamente
determinados tipos de bacterias en un ámbito propicio para su
desarrollo. Cuando regamos el suelo con estos preparados, estamos
inoculando, “sembrando” el suelo de nuestra huerta orgánica con millones
de microorganismos que transformarán la materia orgánica del suelo en
nutrientes específicos para las plantas. De ese modo mejorará la
disponibilidad de nutrientes y por lo tanto la sanidad, el desarrollo y
la producción de las plantas.
Al utilizar los purines, se observará una disminución
de las plagas, mayor desarrollo de raíces en las plantas, mejor
crecimiento, mayor fijación de nitrógeno en el suelo y mayor
disponibilidad de carbono en el suelo (color más oscuro de la tierra).
Mejorará, con la aplicación regular de los mismos, la estructura del
suelo y la capacidad de retención de agua.
La elaboración de
purines facilita la propagación y el mantenimiento de los
microorganismos necesarios para un suelo saludable. Permite preparar en
una superficie reducida un concentrado que podemos aplicar luego a
grandes extensiones de cultivos.
Experiencias en el manejo de la huerta
orgánica con y sin la aplicación de purines, han demostrado que el
número de lombrices es considerablemente mayor si se utilizan estos
inoculantes. Ensayos realizados demuestran que las lombrices migran
hacia los sectores donde se aplican purines.
Elaboración de los purines
Los purines se preparan en un recipiente
no metálico. Puede ser un balde de plástico, un envase grande de
vidrio de boca ancha, una tinaja de cerámica u otro similar. Se colocan
las hierbas u otros ingredientes y se completa con agua limpia,
preferentemente de lluvia (aproximadamente un kilo por cada diez litros
de agua). Si utilizamos agua de red que contiene cloro, la dejamos
reposar previamente dos días al sol.
Una vez preparados, los envases con los
purines y el agua se guardan en un lugar oscuro y a la sombra, tapados
para que no entre alguna impureza pero que sí pueda entrar el aire.
Todos los días se bate el preparado
enérgicamente durante unos minutos con ayuda de un palo de madera, para
que entre abundante oxígeno, y se vuelve a tapar.
Fases del proceso. El proceso de elaboración puede dividirse en varias etapas:
1. Maceración: Ésta se inicia a
partir del momento que iniciamos el preparado. La acción del agua
comienza a extraer las sustancias del material vegetal y prácticamente
no hay desarrollo bacteriano. El proceso de maceración dura de doce
horas hasta tres días, según la temperatura ambiente.
El preparado macerado se utiliza principalmente para
aplicar el extracto de las hierbas utilizadas, generalmente concentrado,
y para para combatir plagas de insectos u hongos.
2. Fermentación: Por la acción de
hongos, levaduras y bacterias comienza a descomponerse el material
vegetal. En esta etapa cambia la composición química del preparado, ya
que las sustancias iniciales se transforman en encimas, aminoácidos y
otros nutrientes para las plantas. En la medida que avanza la
fermentación, disminuyen las sustancias originales, aumenta la población
de bacterias y de los productos elaboradas por éstas.
Los preparados en fermentación se utilizan
principalmente como abonos líquidos, para regar el suelo entre las
plantas o pulverizando, generalmente sin diluir, como abono foliar.
3. Purín maduro: Después de una a
dos semanas las bacterias han transformado prácticamente todo el
material disponible. Hay una mínima concentración de sustancias
originales, pocos nutrientes (estos también han sido consumidos en su
mayor parte por las bacterias) y una altísima concentración de bacterias
(de 300 a 2000 millones de bacterias aeróbicas por miligramo de
preparado). Si al comienzo podía haber una diversidad de bacterias, en
la medida que avanza el proceso de fermentación, una especie va
desplazando a las demás. El cultivo de bacterias que se desarrolla
depende del tipo de material vegetal que utilizamos inicialmente. El
preparado está listo cuando el material original se encuentra disuelto
completamente (quedando solamente los tallos u otras partes duras).
También habrá cambiado de color (cada purín adquiere un color
característico) y tendrá un olor fuerte (a “podrido”), que se nota más
al batir el líquido.
El purín maduro se utiliza generalmente para inocular
el suelo con las bacterias, regando el preparado diluido en 10 a 20
partes de agua (sin cloro, para no matar las bacterias). En algunos
casos se pulveriza en forma concentrada para combatir plagas.
Conservación:
En la huerta solamente estaremos en condiciones de conservar, por un tiempo limitado, los purines maduros.
Se conservan en un en recipiente no metálico (por
ejemplo bidones o damajuanas), en un lugar fresco y oscuro. Tapamos el
recipiente para que no se contamine pero dejamos que entre el aire.
Escribe sobre cada envase el contenido del mismo y la fecha de
elaboración.
Algunos purines recomendables:
* Ortiga
Cantidad: Un Kilo de hojas y tallos de la planta fresca o 200 gr. de ortiga seca en 10 litros de agua
Macerado: Se aplica sin diluir sobre troncos y ramas como protección contra los pulgones.
En fermentación: A
comienzos de la primavera y finales de otoño se pulveriza sobre ramas y
hojas para prevenir la arañuela roja y de pulgones. Dilución 1:50 en
agua.
Maduro: en
dilución 1:20 se riegan los tablones después de la siembra o el
trasplante. Estimula el crecimiento. Si solamente usamos una pequeña
parte, reponemos el agua en el recipiente. Así tendremos purín de
ortiga desde la primavera hasta entrado el invierno.
* Cola de Caballo (Equisetum arvense)
Cantidad: Medio
kilo de cola de caballo fresca (o 150 gr seca) en 5 litros de agua. Se
hierve a fuego lento durante media hora. Una vez frío, se vuelca en el
recipiente para macerar y se agregan 5 litros más de agua.
Macerado: Se pulveriza sobre las plantas para prevenir o combatir el ataque de hongos e insectos
En fermentación: Puede utilizarse para regar las plantas recién trasplantadas y los almácigos para prevenir los hongos, en dilución 1:20
Maduro: en
dilución 1:20 se riegan los tablones luego de la siembra o el
trasplante, distanciado una semana de la aplicación del purín de ortiga.
Previene del ataque de hongos e insectos.
Observaciones: La
Cola de caballo debe recolectarse hacia fines de verano, cuando
comienza a ponerse amarillenta. Entonces tiene el más alto contenido de
sílice. Conviene tener precauciones al pulverizar con objetos de
cristal (reloj, gafas o anteojos), pues podrían mancharse.
* Tomate(Lycopersicum suculentum)
Cantidad: Un Kilo de hojas y tallos de la planta fresca en 10 litros de agua.Macerado: Se aplica sobre los repollos para prevenir el ataque de la mosca del repollo.
Maduro: en dilución 1:20 se riega alrededor de los tablones y en el perímetro de toda la huerta. Es un poderoso repelente de insectos (hormigas).
* Manzanilla: (Matricaria chamomilla)
Cantidad: 500 g de flores frescas o 50g de flores secas en 10 litros de agua. Para acelerar el proceso, se vierten primero dos litros de agua caliente sobre las flores y se deja enfriar. Luego se agrega el resto del agua.Macerado: Al hacer plantines o almácigos, se humedecen las estacas y gajos en el macerado antes de plantarlos. También pueden pulverizarse los plantines recién hechos o trasplantados para protegerlos de los hongos. Conviene regar la tierra de los almácigos al sembrar, sobre todo si utilizamos abono compuesto, para prevenir el ataque de hongos.
En fermentación: Pulverizar durante el invierno y en verano sobre las plantas sensibles a los hongos (tomates, calabazas o zapallos, etc.) . Dilución 1:50 en agua.
Maduro: en dilución 1:20 se riegan los tablones, sobre todo cuando tenemos exceso de humedad, para prevenir los hongos.
* Paraíso
Cantidad: 500 g de hojas verdes o frutos maduros (color amarillo) (según la época del año) en 10 litros de agua. Pueden agregársele unas ramitas de tomillo y lavanda (fungicida)Macerado: Se prepara igual que el purín de manzanilla. El macerado se utiliza puro para combatir el ataque de insectos en general, sobre todo de hormigas, pulverizando sobre las plantas atacadas. También se utiliza para lavar el piso de la vivienda por sus propiedades desinfectantes y porque combate las pulgas.
En fermentación: La fermentación es más lenta que la de otros purines, y se acelera con el agregado de tomillo. Se diluye 1 en 10 y se riega alrededor de los tablones y sobre los senderos de las hormigas.
Maduro: Diluido 1 en 20 se pulveriza sobre las plantas y se vuelca dentro de los hormigueros de la hormiga negra.
Observaciones: el paraíso es tóxico para otros animales que puedan andar por la huerta (perrros, gatos, etc.).
* Ruda (macho o hembra)
Cantidad: 300 g de hojas frescas en 10 litros de aguaMacerado: Puro. Se pulveriza para combatir los pulgones, sobre todo los de los repollos.
Maduro: Diluido 1 en 20, se pulveriza contra los pulgones.
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