jueves, 18 de abril de 2013

Meditación del Puente Arco Iris Circumpolar (completa)

Meditación del Puente Arco Iris Circumpolar (completa)
El propósito de esta meditación es generar una onda telepática de amor que nos conecta con el centro de la Tierra, con los alternadores bipolares del arco iris que mantienen los campos magnéticos de la Tierra en su lugar, y con todos los kin planetarios que están participando de la misma meditación.

Estableciendo a nivel mundial esta onda telepática de la Tierra estamos creando una matriz de comunicación que nos trae la noosfera – la capa mental de la Tierra – cada vez más cerca de la manifestación consciente. Esta matriz también proporciona un campo protector de vibraciones de pensamiento genuinamente positivos, destinada a mantener el campo resonante de la Tierra en un estado de armonía y paz.

Este Puente Arco Iris es el puente de paz antiguamente profetizado y que conectará permanentemente a la Tierra tridimensional con la cuarta dimensión y dimensiones más elevadas, asegurando que la paz y armonía verdaderas no podrán ser alteradas.

Para que todos los seres puedan participar de esta meditación, aunque nunca hayan oído hablar del orden sincrónico, ofrecemos esta versión universal de la Meditación del Puente Arco Iris para la Paz Mundial.

Se puede hacer individual o en grupo –por la mañana temprano mejor, pero cuando puedas está bien –si estás en un grupo, colocaros en círculo si podéis, o sentados en el suelo con las piernas cruzadas.


Haz unas respiraciones profundas inhalando lo que es negativo, transmutándolo en tu interior y después exhalándolo positivo y purificado.

A continuación cierra los ojos. Visualiza que estás en el centro de la Tierra. Visualiza el gigantesco núcleo cristal octaedro.

Cuatro caras del cristal terminan en punta sobre el eje del polo Norte. Las otras cuatro se juntan en un punto alineado con el eje del polo Sur.

Rodeando el gigantesco cristal octaedro hay una membrana interna de la Tierra, que como un tambor resuena en la superficie de la parte exterior de la Tierra. La mitad norte del cristal tiene dos caras rojas y dos blancas; la mitad sur tiene dos caras azules y dos amarillas.

Ahora entra en el cristal.

En el centro de este gigantesco cristal hay un punto de luz blanca intensamente resplandeciente. Una columna o eje etérico de luz se extiende hacia el norte y sur desde el punto central resplandeciente a través de las puntas del octaedro continuando hacia los polos norte y sur en el exterior de la Tierra.

Alrededor de ese eje vertical etérico magnético de luz están los dos tubos de flujos entrelazados por los que la energía plasmática pasa continuamente.

Enrollados por uno y otro como las dos hebras del ADN, están los tubos de flujo de color azul y rojo. Ellos reparten plasma –iones cargados eléctricamente– al punto resplandeciente en el centro de la Tierra.

Suspendido en el eje norte de esa columna de luz con los dos tubos de flujo entrelazados, está el átomo del tiempo rojo. Alrededor del eje sur de luz está el átomo del tiempo azul.

Los átomos del tiempo polar rojo y azul giran en direcciones opuestas uno del otro, el átomo del tiempo rojo del norte gira en dirección horaria y el átomo del tiempo azul del lado sur gira en dirección anti horaria.

Los átomos del tiempo constan de siete puntos: un punto central, dos puntos en cada extremo del eje vertical, y dos puntos equidistantes uno del otro del eje central –cuatro puntos en total–. Los seis puntos exteriores de los átomos del tiempo tienen casi la forma de un hexágono, una figura de seis lados.

El plano gravitacional del cristal octaedro surge horizontalmente desde el centro luminoso resplandeciente del cristal, extendiéndose hacia los cuatro puntos que marcan los bordes del cristal donde se encuentran las cuatro caras del norte y las cuatro caras del sur.

El plano gravitacional que conecta estos cuatro puntos es como la base de dos pirámides –una pirámide se extiende desde esa base con cuatro caras al punto norte del octaedro, y las otras cuatro caras al punto sur.

A lo largo de ese plano gravitacional, están otros dos átomos del tiempo exactamente opuestos uno del otro: uno blanco y otro amarillo. Estos dos átomos del tiempo gravitacionales tienen exactamente la misma construcción de los átomos del tiempo polares, rojo y azul, excepto que sus dos puntas axiales están alineadas con el plano gravitacional, con sus lados tumbados por así decirlo, perpendiculares a los átomos del tiempo polares.

Estos átomos del tiempo blanco y amarillo giran rodando como aspas haciendo un movimiento lento circular anti horario, de derecha a izquierda alrededor del punto central luminoso resplandeciente.

Una vez que ya has visualizado el núcleo cristal octaedro de la Tierra con sus ocho caras, los cuatro átomos del tiempo, la columna etérica de luz y los dos tubos de flujo, ahora visualiza, cómo desde el centro del cristal una corriente de luz multicolor llena de plasma se proyecta para ambas direcciones de los dos polos de la Tierra.

Ahora, dirígete desde el centro de la Tierra hacia un punto fuera en el espacio desde donde ves la Tierra entera. Y visualiza el cristal octaedro en el centro de la Tierra, y cómo desde los polos Norte y Sur, la corriente de luz se proyecta para afuera, para convertirse en un gran puente arco iris doble –el alternador de día y el alternador de noche del campo magnético de la Tierra se hace visible.

Dos corrientes arco iris conectan los polos Norte y Sur de la Tierra, separados exactamente a 180º grados. Mientras la Tierra gira lentamente alrededor de su eje, este puente arco iris permanece inmóvil, estable y constante.

Una vez que has completado la visualización, toma la Tierra entera girando bajo el puente arco iris y colócala en tu corazón. Imagina las dos corrientes de luz proyectándose a través de tu columna vertebral por encima de tu cabeza y debajo de tus pies. Ahora forman un puente arco iris similar alrededor de tu cuerpo, sosteniendo tu aura en su lugar.

Ahora tú y la Tierra sois uno. El Puente Arco Iris de Paz Mundial es real.

Existe una ciencia detrás de todo esto. Lo que existe primero en la imaginación, visualizado por un número suficiente de personas en una onda telepática de amor, en el tiempo será una realidad.

       – José Argüelles/Valum Votan


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